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MEDIO AMBIENTE

Los ruidos de los vecinos molestan a más de la mitad de los españoles

Por Cristina Arias Tiempo de lectura2 min
Sociedad25-04-2007

Con motivo de la celebración del Día Internacional del Ruido, el pasado miércoles 25 de abril, se presentó una encuesta on-line a 2.000 personas de diez países europeos. En ella se muestra que los españoles están más dispuestos a protestar que a reconocer el propio ruido. Más de la mitad se queja del que hacen sus vecinos, mientras la mitad se considera más silenciosos que ellos.

La encuesta asegura que lo que más molesta son las discusiones, que un tres por ciento está estresado por estos ruidos y que otro tres por ciento de la población decidió mudarse de casa este último año por esta razón. Pero los españoles no son los que más se quejan de los ruidos de sus vecinos. Los rusos (59 por cien) y los italianos (56 por cien) están más molestos con sus vecinos. Eso que España ha sido tradicionalmente un país con una tolerancia al ruido mucho mayor que el resto de los europeos. Hasta el año 2003 en España no existía ninguna ley que controlara los ruidos. Ese año fue incluida en el BOE (Boletín Oficial del Estado) la Ley del Ruido que pretende prevenir, vigilar y reducir la contaminación acústica que puede ocasionar graves problemas en el ser humano y en el medio ambiente. Respecto a los ruidos vecinales, la Asociación Española contra la Contaminación por Ruido (Aecor) demuestra que España se encuentra muy por debajo del resto de Europa respecto al aislamiento acústico de las viviendas, aunque estas diferencias se irán solventando gracias a las nuevas exigencias del Código Técnico de la Edificación (CTE), que entró en vigor en septiembre de 2006. Por ejemplo, el CTE permite un límite máximo de ruido de impactos (por ejemplo, el ruido de las pisadas del piso de arriba) de 65 decibelios, mientras que las normas básicas anteriores permitían hasta 80. Y, aunque la legislación depende más de cada Comunidad Autónoma, con relación a los niveles sonoros interiores, todas las normativas coinciden en los valores de 35 decibelios durante el día y 30 durante la noche en lugares residenciales. Pero, dejando a los vecinos en sus casas, más problemas acarrea el ruido generado en el exterior. Los máximos niveles sonoros exteriores son diferentes según la comunidad y van desde los ciertamente exigentes (45 día y 35 noche en Castilla y León), pasando por los 50-40 de Navarra, hasta los más permisivos de 60-50 del resto de las normativas.