GALARDÓN
Antonio Gamoneda, de niño carbonero a Premio Cervantes
Por María Ayuda Hernández
2 min
Cultura28-04-2007
La semana pasada, el reconocido poeta recibió el Premio Cervantes con un discurso dedicado a la reflexión sobre la pobreza, que marcó su vida como persona e inevitablemente como escritor.
Con la calma que dan los años vividos y la experiencia del poeta cultivado, comenzó Antonio Gamoneda su discurso de entrega del Premio Cervantes, minutos después de recibir el galardón de manos del Rey Juan Carlos I en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. Pausadamente, con claridad y rotundidad, el autor de ‘El libro del frío’ o ‘Arden las pérdidas’ fue desgranando durante casi tres cuartos de hora, un discurso que reflexionaba sobre toda una vida; una parada en el camino para contemplar lo vivido. Y paradojas de la vida, o según la propia voluntad del autor, Gamoneda quiso conceder el protagonismo de su protagonismo a la pobreza. Aquella pobreza que vivían tantos españoles que como él, trabajaban duro en los barrios obreros para subsistir como podían durante la Guerra Civil. Para el poeta, crecer entre estrecheces no solo marca el ánimo sino también la escritura. Hay "un estado pasional del pensamiento nacido en la pobreza y servido por el infortunio", una "cultura de la pobreza", diferenciable de la que "prospera a partir de una situación privilegiada", reconocía Gamoneda. "Dentro de esa cultura de la pobreza, yo soy sólo un caso mínimo y ocasional; mínimo, dentro del dolor planetario, y ocasional porque mi vida se ha hecho llevadera", subrayaba el poeta, nacido en Oviedo, pero que vive en León desde los 3 años. Allí, en el barrio obrero donde vivía, ha conocido “la penuria y el trabajo alienante”. Huérfano de padre, cuando solo contaba un año, aprendió a leer en el único libro que había en su casa, un poemario escrito por su padre ("Otra más alta vida"). A los 14 años, ya trabajaba cargando carbón en la caldera de un banco. El fruto del dolor, del sufrimiento de vivir unas circunstancias poco acomodadas, no marca sin embargo, la diferencia crucial entre los escritores que han padecido adversidades y los de clase acomodada. Según Gamoneda, “la diferencia no es de grado cualitativo”, ya que “esta diferencia la procurará el talento”, sino que toda poesía es, “en su significación última, poesía social, y ante los poderes injustos los escritores de origen acomodado podrán tener ideología solidaria. En los otros, será una manifestación de su vida desafortunada”. Recordó entonces el poeta que “hablar desde el interior de la pobreza no es lo mismo que solidarizarse con ella”. Digamos que no es lo mismo cargar el carbón, que compadecerse del niño carbonero. La ocasión era la apropiada y Gamoneda aprovechó para reseñar ‘El Quijote’ como máximo ejemplo de creación literaria desde la pobreza. “Fue él (Cervantes) quien encendió la poesía en el discurso narrativo” y quien “dio cuerpo a las revelaciones quizás más bellas, más increíbles y ciertas, surgidas de la lengua española.” “Desde la pobreza y a través de la prosa, Cervantes es uno de los creadores, el más importante en la lengua española, del pensamiento poético moderno y de su realización en el lenguaje", añadió.