UNA OPCIÓN MÁS
La energía nuclear regresa a la mente de todos
Por Beatriz Pérez Morán3 min
Economía10-03-2007
El aumento de la demanda de energía mundial y el grave problema del calentamiento global han hecho que los organismos internacionales vuelvan a plantearse seriamente el apoyo incondicional a la energía nuclear.
Tanto la Agencia Internacional de la Energía como la Comisión Europea son conscientes de que las centrales nucleares realizan una importante aportación al sistema eléctrico y no emiten CO2, causante del calentamiento del planeta. Así también lo han entendido países como Francia, donde el 79 por ciento de su electricidad proviene de los 60 reactores que tiene en funcionamiento, lo que le convierte en el estado de la Unión Europea que más apoya el uso de esta energía. Finlandia es otro ejemplo de país desarrollado, muy comprometido con el medio ambiente pero en el que, al mismo tiempo, el 33 por ciento de su electricidad es de origen nuclear. Reino Unido, por su parte, tiene en funcionamiento 19 reactores nucleares que producen alrededor del 20 por ciento de la electricidad que se gasta en el país. En el caso de Alemania, en el año 2000 se tomó la decisión de no construir más centrales nucleares y se fijó una fecha de cierre, ordenada una vez finalice la vida útil de los 17 reactores existentes. Según datos del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), los 10 países con mayor porcentaje de electricidad de origen nuclear en el mundo en 2005 fueron: Francia (78,45), Lituania (69,59), Eslovaquia (56,05), Bélgica (55,12), Suecia (46,66), Ucrania (46,48), Bulgaria (44,09), Armenia (42,73), Eslovenia (42,35) y República de Corea (37,94). La generación eléctrica de origen nuclear en el mundo en el año 2005 alcanzó el 17 por ciento de la electricidad que se consume la Tierra. Actualmente, existen 443 reactores nucleares en funcionamiento, con una potencia neta total instalada de 369.728 MWe. El caso de España Los ocho reactores españoles en funcionamiento producen una quinta parte de la electricidad que se consume en el territorio nacional y ahorran la emisión anual de 50 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, equivalentes a las emisiones que efectúa la mitad del parque automovilístico español. Además, reducen las importaciones de materias primas y ayudan a contener los precios de la electricidad, ya que el coste del kilovatio-hora nuclear es estable, predecible y competitivo. Aunque el Gobierno anunció el compromiso de sustituir gradualmente y en un periodo máximo de 20 años la energía nuclear, la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ha asegurado que no habrá cierre de centrales sin programas de desarrollo económico de las zonas en las que se encuentren como, en su opinión, ocurrió en Zorita (Guadalajara). Asimismo, ha querido recordar que el caso de la nuclear de Garoña (Burgos) tiene que ser estudiado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Este cambio sustancial en la política de cierre de las centrales se debe en gran medida al precio del barril de petróleo, ya que la crisis desatada en Irán ha puesto en peligro uno de los mayores mercados mundiales de crudo, especialmente para Europa, y son muchos los países que buscan fuentes de energía que no les hagan depender tanto de países altamente inestables, como lo son los productores de petróleo situados en el Golfo Pérsico. Pero, por muchas ventajas que tenga esta energía, no hay que olvidar que los residuos no son el único quebradero de cabeza de la energía nuclear. Todos los expertos coinciden en señalar que el terrorismo es, hoy en día, uno de los principales problemas para las instalaciones nucleares, y las plantas de todo el mundo han tenido que incrementar sus medidas de seguridad considerablemente después de los atentados del 11-S.