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ETA

Los líderes ¬populares¬ piden un cambio en la política antiterrorista

Por Irene E. SánchezTiempo de lectura2 min
España14-01-2007

Un minuto de silencio. La III Conferencia de Presidentes se ha visto ensombrecida por las dos últimas víctimas de la banda terrorista, y la situación así lo requería. El tema más polémico de la reunión: ETA y la vuelta al antiguo Pacto. Y más polémico aún después del “lapsus” del presidente, que llamó “accidente” a lo que en realidad quería decir: atentado terrorista.

El presidente de La Rioja, Pedro Sanz Alonso, apoyado por el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, que suscribió “el 100% del texto como presidente y como ciudadano español”, mostró la propuesta ante el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. El Pacto por las Libertades es añorado por los presidentes del PP, que quieren conseguir con dicho texto que el Gobierno socialista vuelva a la política antiterrorista que se daba allá por el año 2000. Se basó en que el presidente del Gobierno había considerado oportuno “que se presentara antes porque no da tiempo a alcanzar el consenso”. Sanz aseguró que con la nueva propuesta, la esencia del antiguo pacto se mantiene, pero que éste se abre a los demás partidos: “está abierto a todos”. Su meta principal es acabar con ETA “desde la Ley y el Estado de Derecho”. Además, la resolución no permite que haya ningún pacto o acuerdo de negociación con la banda terrorista. Sin embargo, la propuesta no fue acogida de buen grado por todos los presentes. El presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, aconsejó a Zapatero que no se diera “por recibida”, a lo que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en defensa del texto aseguró que “para respaldar la política del presidente del Gobierno”, ésta debería conocerse anteriormente. En una de sus repuestas a Sanz, el presidente del Gobierno comentó: "Y dado que hace muy pocos días hemos tenido un accidente, un trágico atentado terrorista en el aeropuerto de Barajas de la Comunidad de Madrid, quería proponeros que mostráramos nuestra enérgica condena, nuestra repulsa más intensa, y que mostremos nuestra profunda solidaridad con las víctimas del atentado, especialmente con todo el pueblo ecuatoriano". Ello provocó una gran polémica, al ser ya la segunda vez desde el 29 de diciembre en que el presidente llama “accidente mortal” o “trágico accidente” a los atentados de la banda armada. Miembros del Gobierno y del PSOE aseguraron que el presidente “tuvo un lapsus”, que según el dirigente autonómico de Andalucía, Manuel Chaves, fue “inmediatamente corregido”. Añade a su vez que cree que es “una indecencia utilizarlo porque todo el mundo sabe lo que piensa”. El presidente de La Rioja no dudó de las buenas intenciones del presidente, pero recalcó que no se había disculpado por ello, lo que considera esencial. En contraposición, los presidentes del Partido Popular hicieron referencia al 30-D como un “brutal atentado” y recordaron a las víctimas y familiares y a los demás afectados, de forma “enérgica” y contundente. Fue precisamente Manuel Chaves quien advirtió de que el tema de la política antiterrorista duró apenas veinte minutos, y que tras ella, se pasó a debatir los demás temas del orden del día. El partidismo fue criticado sobre todo hacia el Partido Popular, al que los socialistas achacaron haber hablado en nombre de su grupo y no como presidentes de las Comunidades Autónomas.