Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ALTO EL FUEGO

Zapatero suspende el diálogo pero se resiste a darlo por roto

Fotografía
Por Irene E. Sánchez Tiempo de lectura3 min
España31-12-2006

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, compareció ante los españoles tras el atentado de la banda terrorista ETA que esa misma mañana había tenido lugar en el aeropuerto de Barajas. El líder del Ejecutivo dio a conocer la suspensión de los contactos del Gobierno con la banda. Reiteró que “con violencia no hay diálogo” y que la “voluntad inequívoca de abandono de la violencia” por parte de los terroristas es condición indispensable para que el diálogo se reanude.

No había transcurrido un día siquiera. El presidente del Gobierno afirmaba la víspera del atentado de ETA que “dentro de un año estaremos mejor que hoy”, en relación con la cuestión de la lucha antiterrorista. Sus perspectivas eran del todo optimistas cuando comentó que “se está mejor cuando hay un alto el fuego permanente que cuando había bombas, es de sentido común”. Sin embargo, no tardó el sentido común en perder el norte con la inesperada explosión de la furgoneta bomba en el aeropuerto madrileño. El presidente se encontraba en Doñana cuando sucedió el atentado, por lo que se trasladó a Madrid con el fin de comparecer ante los medios. Nueve meses desde su comparecencia en relación con “el principio del inicio del fin” y nueve horas las que transcurrieron hasta que inició su intervención desde el Palacio de la Moncloa. Frente a sus declaraciones del día anterior, el presidente aseguró que había sido un día “muy duro” y que “hoy estamos mucho peor que ayer”. Calificó el atentado como un “paso inútil” dado por los terroristas, que “aleja a los ciudadanos de la paz y libertad” de que debieran gozar plenamente. El jefe del Ejecutivo mostró su preocupación acerca de los hechos y prometió identificar a los autores “que serán perseguidos, apresados y puestos a disposición judicial” para el bien de la ciudadanía. Añadió que la banda armada “ha tomado un camino equivocado” y que si ETA sigue con la violencia, el diálogo cesará. Para el presidente, los terroristas no han conseguido nada con el atentado, más que “provocar dolor”. Añadió que “el Gobierno considera que el atentado es absolutamente incompatible con el alto el fuego permanente declarado por ETA en marzo. Nada hay más contrario a los principios de la resolución del Parlamento de mayo 2005”. No obstante, y pese a la suspensión del diálogo, el presidente no quiso entrar en si el proceso estaba definitivamente roto o no, se limitó a advertir de que mientras siga la violencia no habrá diálogo. Rajoy pide claridad al Gobierno Son estas “ambiguas” palabras las que critica el líder de la oposición. Mariano Rajoy, que se encontraba en Pontevedra cuando el presidente compareció ante la prensa, calificó de “insatisfactoria” la intervención del mismo. Del mismo modo, apuntó que Zapatero debería anunciar el fin del proceso sin dar pie a incertidumbres. Rajoy, que ya mantuvo hace varios días una reunión con Zapatero en que le pidió abandonar el camino que seguía el Gobierno, mantiene sus posiciones y plantea que hace tiempo que no debe haber condiciones para ningún terrorista o banda armada, más después de atentar en Madrid. El líder del PP expresó sus esperanzas de que el presidente anunciara que no se iba a pagar ningún precio político y que “el Estado e Derecho va a actuar con la contundencia debida”. Por su parte, la Asociación de Victimas el Terrorismo (AVT) convocó una concentración en La Puerta del Sol, 24 horas después del atentado en señal de protesta ante esta última acción de ETA y para pedir una vez más al presidente del Gobierno que modifique su política antiterrorista. La otra cara de la moneda estuvo representada, minutos antes de la intervención de Zapatero, por el dirigente abertzale Arnaldo Otegi. No satisfecho con la afirmación de que “el proceso no está roto”, exigió mayor responsabilidad al Gobierno socialista. Pese a expresar su solidaridad para con los afectados, el atentado etarra es “un hecho más” para el dirigente, que culpa al Gobierno de no haber sido consecuente y de no haber “realizado ningún gesto”. Para Otegi, lo que ocurra con el proceso será la clave y la "única alternativa razonable, democrática y eficaz para que el escenario cambie en nuestro país, ya que así lo quiere la mayoría popular de Euskal Herria y de la sociedad española", sentenció.