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ALTO EL FUEGO

Nueve meses de enfrentamiento entre Gobierno y oposición

Por Angie Rigueiro Tiempo de lectura3 min
España31-12-2006

Para los españoles, 2007 se iniciará con un sabor amargo. La política nacional se ha caracterizado en el año que finaliza por la falta de diálogo y mal entendimiento entre Gobierno y oposición. El principal motivo: los enfrentados puntos de vista en lo referente a la negociación con la banda terrorista ETA.

La reunión que mantuvieron el pasado 22 de diciembre el presidente del Ejecutivo, José Luís Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, dejó en evidencia el abismo existente para llegar a un acuerdo sobre el denominado proceso de paz. Rajoy, numerosas veces, había reiterado su petición para que Zapatero anulará la negociación con los etarras. El presidente del Ejecutivo y el líder del PP mantuvieron hace nueve meses un primer encuentro sobre la cuestión de ETA. Habían pasado tan sólo nueve días desde el anuncio de alto el fuego. El apoyo parcial de Rajoy al Gobierno fue condicionado a sus conocidas “líneas rojas” para acabar con la banda: no pagar ningún precio político y mantener firmeza policial y judicial hacia la organización terrorista. Sin embargo, ese respaldo inicial por parte del Partido Popular no tardó en desaparecer. La oposición tenía muy claros sus límites, que según Rajoy fueron sobrepasados por parte del Gobierno. A partir de ese momento, comenzó una relación de confrontación sin precedentes entre Ejecutivo y oposición. Las quejas del PP no han cesado en ningún momento. Un Estado de Derecho no puede negociar con una banda terrorista era el punto de partida de los populares. El PP mostró su enfado ante la posible inclusión de Navarra en el proceso y a que el Gobierno concediera el derecho de autodeterminación así como que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado estuvieran “en tregua” con ETA. Además, se denunció el trato de favor que, según el PP, recibían los presos etarras en las cárceles. Muchos de estos reproches al Ejecutivo socialista fueron compartidos por la principal asociación de víctimas, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). Este colectivo, que decía sentirse “ignorado”, convocó hasta cinco manifestaciones en contra de la política antiterrorista de José Luis Rodríguez Zapatero. La presencia de dirigentes populares en varias de estas convocatorias contribuyó a tensar aún más la cuerda entre Gobierno y oposición. Sin embargo, la queja sobre la que el PP ha hecho especial hincapié durante los últimos nueve meses ha sido que el Gobierno no ha cumplido las promesas formuladas por el presidente: “primero la paz y luego la política”. La oposición reprocha que el diálogo con ETA no se haya llevado a cabo en ausencia de violencia. Mariano Rajoy mostró su preocupación desde el principio cuando se conoció que la banda había enviado una nueva remesa de cartas de extorsión en los días previos a su anuncio de alto el fuego permanente. Las dudas crecieron cuando, a medida que avanzaba el proceso, tanto Batasuna como ETA subían el tono de sus reivindicaciones. Estas denuncias iban acompañadas por una ausencia de información por parte del Gobierno según criticó el PP. Estos hechos, sumados al robo por parte de la banda de 350 pistolas en Francia o el hallazgo de un zulo de los terroristas en Amorebieta, así como el incremento de la kale borroka llevaron al PP a solicitar a Zapatero que pusiese fin a su proceso de negociación con la banda y retornase al Pacto Antiterrorista . El líder del PP volvió ha lanzar esta petición por ultima vez tras conocer el último atentado de ETA en el que los terroristas colocaron una furgoneta bomba en el aeropuerto de Madrid-Barajas. Tras este nuevo acto de violencia por parte del ETA, el presidente Zapatero ha ordenado suspender todos los trabajos en relación al diálogo con los terroristas por primera vez en nueve meses. Se abre así una etapa nueva en el curso de proceso que podría suponer también un cambio de rumbo en las maltrechas relaciones entre Gobierno y oposición.