ETA
Los últimos gestos de Batasuna sumergen al proceso en un estado de coma
Por Antonio Pérez3 min
España17-12-2006
Tanto el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero como la izquierda abertzale coinciden en señalar que la hoja de ruta en el País Vasco no está pasando por sus mejores momentos. El Gobierno insiste en el cese de la violencia y desde Batasuna se ha llegado a asegurar que, en las condiciones actuales, la el proceso es “inviable”.
Después de un pulso que se mantiene prácticamente desde final del verano, el Gobierno central y el entorno de ETA siguen sin dar pasos decisivos para lograr un proceso de paz en el País Vasco. De hecho, desde Batasuna se advierte con que, si las cosas se mantienen como en las últimas semanas, ETA podría romper el alto al fuego y volver a actuar. El portavoz de la formación ilegalizada, Arnaldo Otegi, ha asegurado que en estos momentos el proceso “no es posible, es inviable” debido, según el líder abertzale, a la falta de asunción de compromisos por parte del Ejecutivo y a la labor de la Justicia, que, a su juicio, está entorpeciendo el proceso. También el miembro de la Mesa Nacional de Batasuna, Pernando Barrena, acusó al presidente del Gobierno de llevar las negociaciones “a un callejón sin salida”. Del mismo modo, también subrayó que la izquierda abertzale quiere rescatar el proceso “de la vía muerta y hacerlo funcionar” para lograr llevar al País Vasco “un escenario de paz, de justicia y de capacidad de decisión de los vascos”. Barrena remarcó también el importante papel que, a su juicio, juega Navarra en el proceso de paz. Si bien es cierto que el Gobierno no ha procedido a emprender iniciativas como la negociación de una nueva política penitenciaria o una permisión explícita para que se dé luz verde a una mesa de partidos, tampoco hay que soslayar que no se da el requisito imprescindible exigido por Zapatero: el cese de todo tipo de violencia. Para Batasuna, sin embargo, el aumento de la kale borroka es precisamente la consecuencia de la actitud del Gobierno. Es una forma de demostrar la fuerza de la izquierda abertzale y presionar para que la toma de decisiones sea más rápida. En este sentido, un autobús urbano fue quemado el pasado domingo en Bilbao por un grupo de encapuchados, que desalojaron el vehículo, lo rociaron con gasolina y arrojaron varios cócteles molotov. Es un acto más de los que se han venido registrando desde finales de agosto –que han sido tomados con una mayor preocupación después del robo de 350 armas en Francia- y que se han visto recrudecidos con la huelga de hambre del preso De Juana Chaos, los juicios contra algunos miembros de ETA, la actitud de jueces como Baltasar Garzón –que ya ha pedido la grabación de los interrogatorios a etarras para evitar las acusaciones de malos tratos- o el seguimiento de la denominada “doctrina Parot”, además de las últimas detenciones de etarras en Francia. El ministro de Interior asegura que “ETA está peor que nunca” El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha justificado la firmeza del Ejecutivo en que aún no se ha demostrado que la banda terrorista tenga “la voluntad inequívoca” de “abandonar la violencia”. También ha asegurado que ETA “conserva la capacidad de matar” pero que, en la actualidad, “está peor que nunca”. Pérez Rubalcaba también negó que el Gobierno hubiera solicitado a la banda una reunión el pasado mes de agosto, tal y como manifestó el portavoz del Partido Socialista de Euskadi (PSE) en el parlamento vasco, José Antonio Pastor. Por otra parte, el Tribunal Supremo respondió a la denuncia presentada por el PP contra los dirigentes del PSE que se reunieron con Batasuna. Los jueces consideran que los socialistas no cometieron ningún delito y que no hay inconvenientes para que ese tipo de contactos se sigan celebrando, ya que lo interpretan en clave política. A pesar de los obstáculos y las dificultades que sigue atravesando el proceso y de las advertencias de que la cuerda, después de tanto tira y afloja, se puede romper, tanto el presidente del Gobierno como el PSOE se muestran confiados en que los esfuerzos que se están realizando, a largo plazo, darán sus frutos.