CATALUÑA
Maragall ficha de conseller al responsable de las cartas de ERC
Por Antonio Pérez Vicente3 min
España22-04-2006
Tras la remodelación en el Ejecutivo de Zapatero, llegó la de Cataluña. Maragall ha decidido cambiar a su equipo de cara a la campaña para la presentación en sociedad de la reforma estatutaria. Los cambios han sido acordados con ERC y ICV, pero no han convencido a todos. Ni a la oposición ni al ministro Montilla -en un principio-. Entre los consellers entrantes se encuentra nada menos que el responsable de las cartas que amenzaban a simpatizantes de ERC y empleados públicos con perder su trabajo si no abonaban una cuota al partido.
Después del El Carmel, la acusación a Convergencia i Unió por el cobro de comisiones en obras públicas, el viaje de Maragall y Carod-Rovira a Israel, la reunión del segundo con ETA, las negociaciones del Estatut y la marcha atrás de Ezquerra Republicana de Catalunya... Llega una nueva polémica al tripartito catalán. Esta vez, el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, ha remodelado su equipo con una crisis de gobierno. El asunto venía de largo. De hecho, el año pasado, en octubre, intentó una estrategia similar –con prácticamente los mismos nominados- que finalmente no dio sus frutos. El cambio en el Ejecutivo catalán ha supuesto la destitución de seis consejeros, pero no habrá cambios en la cuota de poder de cada partido en el Govern ya que se cambian los nombres, pero no la afiliación política de los nuevos consejeros. Entre los salientes se encuentran los socialistas Antoni Siurana (Agricultura, Ganadería y Pesca), Josep María Rañé (Trabajo e Industria) y Caterina Mieras (Cultura), que serán sustituidos por sus compañeros de partido Jordi Williams, Jordi Valls y Ferran Mascarle, respectivamente. Los cambios también afectan a dos nacionalistas de ERC: Joan Carretero (Gobernación) y Carles Solà (Universidades, Investigación y Sociedad de la Información). El primero fue el responsable de acusar al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de ser un “españolista demagogo”. Ante la polémica, Maragall intercedió para pedir que retirara sus palabras, algo que no sucedió. En lugar de Carretero entrará otro polémico representante del partido de Carod Rovira: Xavier Vendrell, responsable de las cartas enviadas a simpatizantes de su partido que trabajaban en empleos públicos de la Generalitat, en las que se instaba a abonar una cantidad al partido si no se quería perder el puesto. El premio para el cabeza visible de uno de los últimos escándalos de ERC, por lo tanto, no es otro que una conserjería en el Ejecutivo catalán. Ante el aluvión de críticas, Maragall ha pedido un voto de confianza para el nuevo conseller de Gobernación, que, a su juicio, no merece que se le juzgue antes de tiempo. Por otra parte, Manel Ballcells relevará a Solá. La crisis se completa con el relevo del titular de Medio Ambiente y Vivienda, Salvador Milà, de ICV, por Francesc Baltasar. El golpe de mano de Maragall Los cambios fueron consultados tanto con ERC como con ICV –que no está conforme con la destitución de Milà- y el objetivo principal es poder finalizar la legislatura con una cierta sensación de estabilidad den el Ejecutivo ante el futuro referéndum del Estatut, previsto para el próximo 18 de junio. En la negociación estuvo presente el president Margall, el portavoz del PSC, Miquel Iceta, además de los máximos representantes de ERC e ICV, Josep Lluís Carod-Rovira y Joan Saura, respectivamente. Lo cierto es que el cambio supone un golpe de mano de Maragall ante el primer secretario del PSC y ministro de Industria, José Montilla. Al conocer el nuevo gobierno, criticó duramente el nombramiento de Vendrell –que también consideró el Estatut “una tomadura de pelo” del Gobierno de Zapatero- , aunque después rectificó para afirmar que el equipo era “mejor”para la nueva etapa. Tras conocer los cambios, CiU ha pedido un adelanto electoral al creer que Maragall tiene “menos autoridad que un palo de escoba” y que intentar agotar la legislatura es una “misión imposible”. También desde el PP han llovido críticas, especialmente por el nombramiento de Vendrell. Algo que, a juicio del presidente del PP catalán, Josep Piqué, no haría “ningún presidente normal de ningún país normal”. También el presidente del PP, Mariano Rajoy, ha criticado la crisis al considerar que es otro "pulso" de Maragall a Zapatero y que el nuevo Govern es "tan malo" como el Ejecutivo central. En cambio, el president se encuentra satisfecho con los cambios y afirmó que el nuevo Govern será el responsable de “desplegar el nuevo Estatut al servicio de los ciudadanos de Catalunya” y que sus integrantes deberán funcionar “a pleno rendimiento” el día después de la votación popular.