BALONCESTO
Detroit no echa de menos a Larry Brown
Por Roberto J. Madrigal3 min
Deportes19-04-2006
Los Pistons, un equipo consolidado en las últimas temporadas, han mejorado aún más si cabe con la llegada de Flip Saunders, y sin duda, están un paso por delante de los otros líderes de división, Miami y New Jersey. Sin embargo su ex técnico, Larry Brown, ha fracasado estrepitosamente tras recalar, por motivos románticos y de muchos ceros, en el equipo de su ciudad, unos Knickerbockers que son la plantilla más cara de la liga, pero la peor de todas por sus resultados.
División Atlántico Con dos aleros, Vince Carter y Richard Jefferson, que saben aprovechar el caudal de juego que genera el ya veterano Jason Kidd, New Jersey tiene más que suficiente como para ser un líder solvente, incluso para discutir la final de conferencia. En cambio Philadelphia, tanto como decir Allen Iverson y Chris Webber, con una plantilla no muy completa que ha dejado en evidencia al técnico Maurice Cheeks, decepcionó. No se puede decir lo mismo, porque no están para tirar cohetes, unos Celtics que tratan de retener a Paul Pierce, pero que apenas han encontrado un buen fichaje para impulsar al equipo en Wally Szczerbiak. Mientras, Toronto –con José Manuel Calderón como especialista defensivo y director de orquesta– ha encontrado un equipo prometedor, en que el All-Star Chris Bosh, con los más experimentados Mike James y Morris Peterson, suponen una tripleta exterior de ciertas garantías, pero es un equipo desequilibrado en la pintura. Por último, Nueva York ha dejado en evidencia incluso a Larry Brown, famoso por su rigidez táctica, que no ha conseguido hacer crecer a jugadores jóvenes e incluso estuvo, durante un tiempo, peleado con el base Stephon Marbury. La plantilla neoyorquina, muy cara y desequilibrada, apenas ha conseguido la peor marca de toda la liga. División Central Detroit, con un entrenador menos dogmático y más abierto a tácticas que exploten el potencial de un equipo completo y equilibrado, es el claro dominador del Este –con 12 victorias más que cualquier otro equipo de su conferencia– y, aunque sin conseguirlo, durante buena parte de la temporada estuvo en los números de los míticos Bulls de las 70 victorias. En su división, no obstante, ha destacado también la progresión de Cleveland, con un LeBron James estelar, que se empieza a acostumbrar a terminar sus partidos con triples dobles (diez o más unidades en al menos tres apartados estadísticos: puntos, rebotes y asistencias), y con unos secundarios eficaces como Zydrunas Ilgauskas y Larry Hughes. Chicago, Indiana y Milwaukee, en cambio, han entrado en el playoff por simple cupo: los Pacers han perdido potencial defensivo sin Ron Artest y aún buscan su rumbo, al igual que unos Bulls aún faltos de experiencia y liderazgo –Ben Gordon, Kirk Hinrich y Luol Deng adolecen de consistencia– y unos Bucks dependientes en ataque de Michael Redd y un tanto blandos defensivamente. División Sureste Aunque Shaquille O’Neal no es el jugador demoledor de sus mejores años, es más que suficiente para que –junto con el versátil Dwyane Wade– Miami haya sido líder fácilmente y Pat Riley pueda presumir de engrosar su palmarés, aunque difícilmente con opciones de superar una hipotética final de conferencia contra Detroit. A unos Wizards que no pasan de ser un equipo simplemente correcto, con un par de jugones un tanto irregulares como Gilbert Arenas y Antawn Jamison, y a unos Magic sin un primer espada –el novato Dwight Howard, un Grant Hill en declive, el turco Hidayet Turkoglu y el desconocido Jameer Nelson no lo son–, no se les puede considerar competencia. Atlanta, en permanente estado de reconstrucción sin éxito, y unos Bobcats aún muy verdes, pese a la progresión que encabezan Gerald Wallace y Emeka Okafor –ninguno de ellos aún a primer nivel–, bastante tienen con evitar ser los últimos de su conferencia.