ITALIA
Los insultos y la indecisión marcan las elecciones italianas
Por Salva Martínez Mas.- ITALIA2 min
Internacional09-04-2006
El actual presidente del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, cerró su campaña el pasado viernes reafirmando su opinión sobre la coalición de centro-izquierda que encabeza Romano Prodi: “Venceremos porque no somos coglioni”. Un término traducido al español como “gilipollas” que manifiesta, dejando de lado la demagogia, la división política que vive Italia.
Así parece haber querido plantear el debate Il Cavaliere, Silvio Berlusconi. Hasta el último día de campaña el líder de la coalición de centro-derecha mantenía que las elecciones legislativas, celebradas entre el pasado domingo y este lunes significaban una elección entre “nuestra Italia y la de la izquierda”. Por su parte, el lenguaje del que en su día fuera jefe de Gobierno italiano y presidente de la Comisión Europea y que ahora encarna el liderazgo del centro-izquierda, Romano Prodi, también se desenvuelve en esos términos. En el mensaje con el que cerró su campaña electoral en Roma, Prodi aseguraba querer “reconstruir Italia” tras el paso de la Administración Berlusconi. Il Profesore, apelativo con el que se conoce a Prodi, también ha sabido mostrarse ofensivo y crítico sobre su oponente al asegurar que las únicas grandes obras que ha realizado Berlusconi “han sido su lifting y sus implantes capilares”. Entre las líneas de las descalificaciones que se han dedicado unos y otros en la campaña, se lee la voluntad desesperada por movilizar a la importante cantidad de electores indecisos, entre el 10 y el 25 por ciento de los votantes según los últimos sondeos realizados a finales de la semana pasada. Si esa movilización tiene lugar y sigue la tendencia expresada en otros estudios de opinión, la coalición del centro-izquierda podría llevarse la victoria pues la intención de voto a la coalición de Prodi está por encima de la encabezada por Berlusconi en un porcentaje que oscila entre el 2,5 y el 5 por ciento. Dada la escasa ventaja, cabe preguntarse si las coaliciones no se exponen a sufrir reconfiguraciones tras los comicios. El hecho es que Italia, el país con la tercera deuda pública más grande del mundo, necesita poner en marcha importantes reformas económicas; “revoluciones” como hacer que todos los italianos paguen sus impuestos, como señalaba Prodi hace unos días. Para ello, el consejo que daba el semanario liberal británico The Economist es que los italianos “se pongan de acuerdo para votar a Prodi y no a Il Cavaliere. Sin embargo, no son pocos los analistas que ven a Berlusconi retomar el cargo de jefe de Gobierno. Davide Berretta, investigador de Foreign Policy, asegura que “en una época y en un país donde el éxito se mide por la exposición mediática, Berlusconi es el maestro de este juego. Tanto que él es el pionero en extender su resonancia mediática, cultural y empresarial al poder político”.