MÚSICA

Nostalgia y recuerdo en el Concierto de Año Nuevo

Por Luis Suárez Rueda1 min

Espectáculos01-01-2005

Respeto y tristeza han sido las principales notas musicales que han sonado en el tradicional Concierto de Año Nuevo de Viena y que ha abierto un nuevo año musical. Manteniendo el programa inicial, Lorin Maazel ha querido destacar el tono melancólico de los valses y polcas de Strauss para rendir su particular homenaje a las víctimas del seísmo asiático.

Al contrario que en ocasiones anteriores, la alegría típica por la llegada del nuevo año se ha tornado en tristeza y melancolía por la pérdida de miles de seres humanos en el maremoto que sesgó la vida de miles de personas el pasado 26 de diciembre en gran parte de la costa del sureste asiático. "Necesitamos ánimo, esperanzas para encontrar nueva energía. Quizás el Concierto de Año Nuevo dé algo así", señaló Maazel para dar sentido al carácter melancólico del recital. Tal fue el sentido homenaje que por primera vez en la historia de este popular y tradicional concierto se suprimió del programa la Marcha Radetzky, una pieza musical eminentemente festiva, típica del Concierto de Año Nuevo, en la que el público tiene permiso para seguir el ritmo de la obra con las palmas. El resto del repertorio se siguió tal y como estaba escrito, pero denotando el carácter melancólico de cada pieza y con la supresión de algunos de los tradicionales chistes musicales que suelen hacerse en este concierto. Con estos cambios, los músicos de la Orquesta Filarmónica de Viena interpretaron doce piezas de las que son mayoría las marchas y valses de Strauss, entre ellos, el Danubio azul, el vals por antonomasia, que cerró el acto. También se incluyó una breve pieza de Josef Hellmesberger Jr. para conmemorar su 150 aniversario. Esta nueva edición ha servido también como homenaje para su director, Lorin Maazel, quien ha cumplido en esta ocasión 25 años a la batuta de este acto y que este año cumplirá 75 años de edad. La grabación en DVD del concierto saldrá a la venta dentro de unos días y es probable que parte de los beneficios se destinen a ayudar a los supervivientes del terrible maremoto asiático.