Miembros de la Guardia Civil de Asturias denuncian amenazas de sus superiores
Por Raúl Romero Martin
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España08-12-2004
Distintos agentes y mandos de la Comandancia de Gijón se encuentran amenazados por sus superiores. Estas presiones vienen provocadas para que cambien sus declaraciones sobre lo sucedido en la trama de los explosivos del 11-M. La situación es tal, que el agente Campillo ha pedido que le devuelvan su pistola porque tiene miedo.
Jesús Campillo es el miembro de la benemérita que grabó en cinta las declaraciones del confidente Lavandero. En estas, se decía que la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón conocía la existencia de los explosivos que se emplearon para los atentados de Madrid, pero que por razones que se desconocen se paró la investigación. Campillo hizo estas declaraciones después de la misteriosa muerte de la mujer del propio Lavandero. Un presunto suicidio en una playa, que finalmente no será investigado. El problema es que el agente de la Guardia Civil se encuentra de baja psicológica y por ello se le ha retirado el arma. Pero la situación de Campillo la viven igual otros muchos compañeros suyos, según informó la semana pasada el diario ABC. Son varios los miembros de la Policía Judicial y los miembros del servicio de información los que denuncian que les han "amenazado, coaccionado, y presionado". Según explicaron algunos de los afectados, estas presiones vienen de parte del máximo responsable de la Guardia Civil de Asturias, el coronel Luis Antonio Búrdalo. Al parecer éste se puso en contacto con algunos de ellos para mostrarles su descontento con las declaraciones vertidas e invitarles a que las cambiasen. Todo esto, al tiempo que les recordaba que él era el máximo responsable de información y por tanto quien tomaba las decisiones. Todo estos acontecimientos podrían explicar las constantes contradicciones que se han detectado a lo largo de los últimos meses en torno a la trama de los explosivos. Además estos sucesos contribuyen a que se acreciente la descordinación y la tensión dentro de la Guardia Civil de Asturias. Y es que como apuntan las distintas fuentes consultadas por el periódico, "esta situación de temor en la que viven los testigos no parece ser la mas apropiada para esclarecer la verdad".