ANIVERSARIO
Ningún nacionalista asiste a los actos conmemorativos de la Constitución
Por Cristina Torre García
2 min
España12-12-2004
Alfombra roja, uniformes de gala, y máxima expectación. Todo estaba listo en las Cortes para celebrar el 26 aniversario de la Constitución española. Sin embargo, los actos quedaron deslucidos con las numerosas ausencias de dirigentes políticos y altas autoridades del Estado. Sobre todo, se notó la ausencia de los partidos nacionalistas.
Sólo los dirigentes de Partido Popular, Partido Socialista e Izquierda Unida asistieron a los actos de celebración en el Congreso. Únicamente dos presidentes autonómicos acudieron a los festejos: el gallego Manuel Fraga y el valenciano Francisco Camps. Y apenas asistió la mitad del Gobierno: Zapatero, los vicepresidentes y seis ministros. La conmemoración comenzó con una referencia en el discurso del presidente de la Cámara Baja, Manuel Marín, a la reforma constitucional que quiere llevar a cabo el Gobierno. "Amar nuestra Constitución implica cuidarla y mejorarla. Si la Transición nos trajo la libertad, la Constitución es el punto de partida de la democracia española, a la que se llegó gracias al consenso integrador de todas las fuerzas políticas que cooperaron y trabajaron en su elaboración", dijo. Previamente, el ministro de Defensa, José Bono, había encabezado la izada de la bandera española. Su discurso reclamó un "un futuro común de igualdad" entre todos los españoles y lanzó un mensaje a quienes habitualmente discrepan de los principios establecidos en la Constitución. "A nadie puede disgustar una fiesta que evoca la igualdad y la solidaridad entre los españoles, excepto a aquellos a los que no les guste la igualdad ni por supuesto la nación que la garantiza, España", sentenció. Bono respondía también así a un compañero de su propio partido, Pascual Maragall. El presidente de Cataluña había puesto en duda horas antes la unidad de España al hablar del país como una "nación de naciones" y reclamar que las nacionalidades de las que habla la Constitución "sean nacionalidades" y que al resto se les otorgue un tratamiento de "regiones". Las palabras de Maragall no gustaron nada al principal partido de la oposición. El líder del PP, Mariano Rajoy, arremetió contra los políticos ausentes en las celebraciones, entre ellos el propio presidente de la Generalitat catalana. Asimismo, advirtió de que no apoyará ninguna reforma constitucional que afecte a la "arquitectura institucional" del Estado y aseveró que el texto aprobado en 1978 sigue "plenamente vigente".