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COMISIÓN 11-M

La comisión de investigación y sus protagonistas

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura3 min
España05-12-2004

Más de una veintena de personas han pasado por la comisión de investigación sobre el 11-M. Aznar y Acebes son los más conocidos. Pero, a lo largo de estos meses, también se han citado otros personajes de manera directa o indirecta. Confidentes, terroristas, guardias civilies y hasta una familia de mineros, entre otros, conforman un reparto más propio de una película de Fernando Trueba que del capítulo mas oscuro de la historia reciente de España.

Dos cuñados, ex mineros de profesión, son el origen de los explosivos que el 11-M acabaron con la vida de 192 personas. Sus nombres son Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro Castro. Al parecer, tanto ellos como sus respectivas mujeres estaban metidos en el tráfico de explosivos desde hacía tiempo y tenían interés en vender una gran cantidad de mercancía robada. Sólo necesitaban un comprador. Lo encontraron en El Chino y El Tunecino, dos de los cabecillas del comando terrorista islámico que perpetró los atentados y que semanas después se inmoló en un piso de Leganés. Después se ha descubierto que todos ellos estaban muy bien dirigidos por Rabei Osman El Sabed, alias El Egipcio, líder intelectual de la masacre. Hasta el momento, este ex militar y destacado miembro de la Yihad Islámica Egipcia permanece detenido en Italia pero la Justicia del país transalpino ha autorizado su extradición a España para que sea juzgado por colaboración en los atentados. De vuelta a los mineros, Toro fue puesto en libertad hasta en dos ocasiones porque sólo existían pruebas que le relacionaban con el tráfico de drogas. Sin embargo, dentro de esta rebuscada trama ha habido una figura clave: los confidentes. Estos han salido del anonimato en el que habitualmente se encuentran para desenmascarar, acusar y, en ocasiones, hasta dejar en evidencia a más de uno. Este es el caso de la declaración de Javier Villazón Lavandera, alias Lavandero, cuya mujer se suicidó el fin de semana. En 2001 ya avisó a la Guardia Civil de Asturias de que los cuñados traficaban con explosivos y estaban buscando un comprador. Sin embargo, por razones que todavía se desconocen, los agentes no dieron importancia a esta revelación. LA TRAMA DE ASTURIAS Tres años después de aquello, una cinta encontrada en la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón ha desvelado este hecho poco tiempo después de su responsable, José Antonio Rodríguez Bolinaga, y el ex jefe de la Guardia Civil en Asturias, el general Pedro Laguna, negasen ante la comisión de investigación cualquier conocimiento sobre las actividades de los mineros. El primero ya ha sido cesado por este caso. Otro de los confidentes que apoyó esta tesis fue Nayo, sobre el que pesa una orden de búsqueda y captura por supuesta colaboración con ETA. Y es que las sospechas sobre que la banda terrorista tuviese algo que ver con la trama siempre han estado presentes. Pero el confidente más activo ha sido el marroquí Rafa Zohuier. Desde hace tiempo estuvo informando a la policía de la existencia de un grupo islámico que tenía intención de atentar en España. Fue detenido como presunto colaborador tras el 11-M. Pero ni el hecho de estar recluido en un celda ni las presiones que recibe, según dice, le han impedido lanzar polémicas informaciones a lo largo de todo este tiempo. Estos son los principales protagonistas de una trama que también ha dejado otros actores secundarios como es le caso de El Gitanillo, encargado de transportar los explosivos de Asturias a Madrid y condenado a seis años de internamiento por ello. También está Campillo, el guardia civil que grabó en 2001 las denuncias de Lavandero. Por su parte, otros cargos policiales y políticos también han tenido un papel relevante en esta obra. Ahora el PSOE quiere cerrar esta comisión de investigación lo antes posible, idea a la que tampoco se opone tajantemente el PP después de la comparecencia de Aznar. Sin embargo, todavía quedan puntos negros por destapar. Como en toda buena película, habrá esperar hasta el final para ver cómo se resuelven.