ATENTADO DE ETA

Estallan cinco artefactos en distintas gasolineras de Madrid

Por Enrique García García2 min

España05-12-2004

ETA volvió a atentar en Madrid. Lo hizo colocando cinco artefactos de muy escasa potencia en varias gasolineras de la capital. Lo hizo, además, coincidiendo con la operación salida del Puente de la Inmaculada. Más allá del susto, millones de ciudadanos tuvieron que quedarse en casa y posponer su descanso.

Los terroristas eligieron cinco estaciones de servicio: uno en la carretera de Extremadura, otro en la de La Coruña, otro en la de Valencia, otro en la de Colmenar Viejo y un quinto en la M-45. Los ataques fueron avisados al diario Gara una hora antes de las explosiones. Una llamada anónima que afirmaba hablar en nombre de ETA propició el rápido desalojo por parte de las fuerzas de seguridad. Al llegar, los artificieros encontraron varias bombas compuestas por unos 500 gramos de explosivo. La escasa potencia provocó pocos daños materiales y dos heridos muy leves. Todo hace suponer que el objetivo era sencillamente sembrar el caos y el desconcierto en Madrid durante la operación salida de las vacaciones. El Ministerio del Interior ha interpretado la amenaza como un intento de la banda terrorista de demostrar que sigue teniendo capacidad para causar daño a pesar de su evidente estado de debilidad. Los recientes y numerosos éxitos policiales en la lucha contra ETA han permitido detener durante el último año a más de cien presuntos etarras, así como la encautación de gran cantidad de armas y documentación. Entre las últimas detenciones destacan algunas de vital importancia como las de Mikel Antza y su compañera sentimental, alias Anboto, hace pocos meses en el sur de Francia. Mas recientemente, tres miembros de la banda que también se encontraban instalados en el país galo fueron detenidos la semana pasada. La Policía trabaja con la hipótesis de que los autores de los atentados del viernes en Madrid forman parte de un comando itinerante compuesto por miembros legales -no fichados- de ETA. Los artefactos de Madrid y el desactivado al día siguiente en Almería desacreditan las leves concesiones al diálogo que parecieron asomar hace menos de un mes en un acto político que organizó Batasuna, el brazo político de la organización terrorista, en San Sebastián.