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RALLIES

Australia, récord de victorias… y abandonos

Por Froilán MoraTiempo de lectura2 min
Deportes14-11-2004

Loëb, ya campeón desde el rally de Córcega, aventajó en casi dos mintuos al finlandés Harri Rovanperä (de Peugeot), y en 3’40” al belga de Ford François Duval. El español Xevi Pons, con un coche de producción –de dos ruedas motrices– terminó sexto. El campeón del grupo N fue el británico Niall McShea.

La prueba australiana estuvo marcada por la ausencia del bicampeón del mundo Carlos Sainz, que no participar en última prueba de su carrera por un accidente en los entrenamientos. El madrileño se chocó contra un árbol y sufrió una lesión de cervicales. Los abandonos del estonio Markko Märtin, el noruego Petter Solberg y el finlandés Marcus Grönholm ratificaron la superioridad de Loëb, que se llevó la victoria. Las sorpresas llegaron desde la primera jornada. Sin los equipos Mitsubishi y Skoda, la pugna se presentaba muy abierta a priori entre los tres primeros del Mundial: Loëb, Märtin y Solberg, a los que además se sumó Grönholm. Pero el Ford del estonio perdió un pistón, ya en la primera superespecial, y el noruego sufrió un accidente en el cuarto tramo, tras golpear su Subaru contra una roca y dañar un brazo de la dirección. La victoria quedaba reservada para dos pilotos, Grönholm y Loëb, pero el bicampeón de Peugeot confirmó una temporada aciaga con su abandono: perdió el control de su coche al entrar en una curva en una zona demasiado profunda y acabó estrellándose contra un árbol. Por si fuera poco, Grönholm aún volvió a volcar a cinco kilómetros del final. De este modo, el interés de la prueba se centró en la reacción de Solberg, que ya sin opciones para la clasificación, consiguió ganar al menos cuatro de los scratch de la última jornada. Loëb terminó como campeón, con 118 puntos. Solberg, Märtin y Sainz se quedaron con los 82, 79 y 73 que tenían. Por marcas, la clasificación final quedó comandada por Citroën, con 194 puntos, por delante de Ford, Subaru y Peugeot, que cerraron la temporada con 143, 122 y 101, respectivamente. También se resolvió el Mundial en la categoría de coches de producción. Hasta cuatro pilotos aspiraban al título: el escocés Alister McRae –hermano de Colin McRae–, el finlandés Jani Paasonen, el japonés Toshihiro Arai –vencedor final en Australia– y el británico Niall McShea, que finalmente se proclamó campeón, con 35 puntos, cinco más que el nipón Arai. McRae comandó la prueba hasta el antepenúltimo tramo, en el que sufrió un accidente, y terminó quinto, con 26 puntos, a uno del español Pons y a tres de Paasonen.