SIN CONCESIONES
España es ¬diferent¬
Por Pablo A. Iglesias2 min
Opinión12-09-2004
España es un país extraño. Más que extraño. Debe de ser de los pocos países en el mundo donde los ciudadanos desprecian sus símbolos de identidad. En vez de izar la bandera, se esconde en un arcón. Y el himno se silencia para no incomodar. España es tan rara que existe una admiración por lo forastero. El tercer idioma más extendido del mundo queda relegado ante el francés o el alemán. Abundan los complejos de inferioridad y las envidias por lo ajeno. Prima el forofismo a los equipos locales de fútbol antes que al combinado nacional. Es un país unido desde hace más de 500 años que parece desvertebrado. España es tan raro como singular. Debe de ser el único país del planeta donde algunos cuestionan la Historia. Unos fabulan pasados inciertos, otros dibujan naciones inexistentes sobre el mapa y el más osado hasta inventa reyes. Menos mal que, de vez en cuando, alza la voz algún sensato con memoria y sentido común como Juan Carlos Rodríguez Ibarra. ¡Menos mal! Parece que tiene que salir un socialista a defender España para que parezca verdad. Que lo es. Como si lo que tantas veces proclamó Aznar fuese otra mentira al estilo de Iraq. En 1492, Colón ya plantó bandera española al descubrir América. Ni catalana ni madrileña ni vasca ni extremeña. España ya era entonces la de ahora, incluso algo más. Renunciar a la historia y a las raíces es tanto como negarse a uno mismo. Los orígenes de cada país son la base sobre la que se construye el devenir. España es tan estrambótica que los españoles parecen avergonzarse de ser españoles. Entre el patriotismo de Bush y el independentismo de los Ibarretxe y Carod existe un término medio sensato y coherente. Menos mal que, de vez en cuando, está Rodríguez Ibarra para recordarlo. Por suerte, no es el único. También están José Bono, Francisco Vázquez y hasta Manuel Fraga. España necesita más doctorados en Historia. Hacen falta más políticos fieles a la verdad que no hagan demagogia con lo incuestionable. Las escuelas requieren una educación de calidad que enseñe el verdadero origen del país. De lo contrario, la rivalidad entre regiones crecerá absurdamente. España debe ser una gran familia a pesar de las diferencias. Aunque algún hijo prodigo se empeñe en lo contrario.
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Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito