SIN CONCESIONES
SuperZetapé
Por Pablo A. Iglesias1 min
Opinión04-07-2004
Hace cuatro años, nadie le conocía. Hace un año, nadie apostaba por él. Hace cuatro meses, muchos le daban por perdedor. Hace dos meses, le tildaban de inexperto. Y ahora, le aplauden, le vitorean, le aclaman, le idolatran, le admiran, le pelotean y todos corean su nombre: "¡Zapatero, Zapatero!". La evolución política de Zapatero resulta evidente. Ha perfeccionado sus dotes comunicadoras, ha calado entre los ciudadanos y ha alcanzado el respaldo de su partido. En julio de 2000 le eligieron secretario general del PSOE por nueve votos de diferencia. Ahora el 95 por ciento de los socialistas le apoya. Zapatero ha crecido como líder de masas pero aún debe madurar como político. Su pasión exacerbada por el diálogo le llevan a ceder a las presiones de cualquiera. Y, con su implacable defensa de la libertad, sólo promueve el libertinaje. Dice que no admite el freno de las creencias, lo que en el fondo refleja una carencia de principios y valores. Pero todo esto queda reducido a anécdota cuando hablamos del presidente del Gobierno. Lo peor que ha hecho hasta el momento Zapatero es la incoherencia de mandar tropas a Afganistán. Qué poca vergüenza. También están las diversas contradicciones e incumplimientos. Hace cuatro años, estos errores hubieran pasado inadvertidos. Hace un año, le hubieran linchado por ello. Pero ahora, recién elegido presidente y secretario general del PSOE, todo se tolera al Gobierno.
Seguir a @PabloAIglesias
Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito