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ANÁLISIS DE LA SEMANA

La casa de tu vida

Fotografía

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía04-07-2004

El jueves de la semana pasada, Juanma y David, una pareja que había entrado en un programa de televisión para conseguir su sueño, se llevaba aquello por lo que había luchado: una casa, una enorme mansión que empezó siendo una obra a medio terminar y que varias parejas de concursantes habían convertido en un lugar donde vivir. Juanma y David fueron los ganadores pero, junto a ellos, un puñado de parejas sonreía con los ojos tristes. Mientras una sola pareja se quedaba con la casa, ellos aún tendrían que seguir viviendo de alquiler, en pequeños pisos, en modestos barrios, ayudados por su familia, esperando el momento propicio para enfangarse en una hipoteca. Tener cuatro paredes con un techo, tener las llaves de un pequeño lugar en el que escapar del resto del mundo. Uno empieza por compartir un piso, por pagarse una habitación con la mitad de su corto sueldo. Después, llegan las ansias de conseguir un apartamento en el que no haya que aguantar a los compañeros de piso. Más tarde, será el momento de formar una familia y mudarse a un lugar espacioso, confortable, definitivo o medianamente estable. Es tan natural, pero a la vez tan difícil… El precio de la vivienda sigue subiendo, aunque de forma más pausada que antes. Aun así, el incremento continúa siendo escandaloso, hasta el punto que hay quien sugiere que no se den ayudas a la compra de casas para que la gente no se lance en masa a adquirirlas. Esto hace que un piso sea, cada vez más, un bien de lujo. Visto el panorama, está claro que una de las opciones que plantearse para conseguir una vivienda es presentarse a un concurso de televisión. Aunque la aventura cueste más de una separación, más de una bronca, bastantes discusiones y un circo denigrante. Cosas peores veremos sólo por cuatro paredes y un techo donde cobijarse.

Fotografía de Gema Diego