ANÁLISIS DE LA SEMANA
Qué hacer contra el calor
Por Almudena Hernández2 min
Sociedad04-07-2004
Lavarse la cara con agua fría. Darse una ducha. Abrir la nevera y mirarla, como si fuera un espejo de cuerpo entero. Desyunar un zumo fresquito. Sentarse en el césped. Vestirse poco. Caminar por la sombra. Ir de portal en portal en busca de restos de aire acondicionado. Abanicarse. Ponerse al lado de la señora del abanico. Beber agua. Bañarse en las fuentes. Tomarse un gazpacho. Pedir un granizado en una terraza. Saborear un helado con frutas. Soplar. Resoplar. Pasear por la playa. Evitar las distancias cortas con la pareja. No regañar. Desde lejos, lanzar besitos con la mano -un día llegará el invierno-. Meter los pies en la espuma de las olas. Si no hay playita, subirse a una montaña para ver las estrellas. Si no, hacerse una tortilla de patata. Irse a un río con el mantel y el bañador. Meterse en el agua. Nadar un poco. No salir. Aprovechar la ocasión para pescar cangrejos. Congelarlos, para huir de los fogones. Que cocine otro. Comer fuera de casa. Ahuecarse la ropa. Si no resulta, quitársela sin que te vean. Está feo eso de provocar en verano. El calentón sería doble. Darse otro baño. Quedarse en remojo. Otra vez. Echar cubitos de hielo. Beber más agua. Ir a hacer pis -una ya no puede más-. Ponerse una camiseta de algodón. El lino se lleva, pero se arruga. Asomarse a la ventana. Bajar el toldo. Salir al balcón. Regar las plantas. Perseguir caracoles. Buscar algún sapo entre las macetas. Dormir en el jardín. Vivir en la terraza. Comer ensaladas. Subir el ventilador. Limpiar los filtros. Encender el aparato del aire acondicionado. Sudar. Sudar mucho. Derretirse. Tirar el termómetro a la basura. Mejor no saber las malas noticias. Escaparse de casa. Alquilar un iglú para agosto. El sol de España puede esperar.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo