MACEDONIA
Albaneses y eslavos reanudan el diálogo en Macedonia
Por Txema García2 min
Internacional29-07-2001
Los dirigentes políticos de la mayoría eslava y de la minoría albanesa de Macedonia decidieron reanudar el pasado sábado, en la ciudad suroccidental de Ohrid, las negociaciones de paz que habían sido interrumpidas hacía 10 días.
La nueva ronda de conversaciones está encabezada por el presidente macedonio, Boris Trajkovski, y está formada por los líderes de los cuatro mayores partidos macedonios, dos eslavos y dos albaneses. En la reunión participan también los enviados especiales de la Unión Europea (UE)y de EE.UU., Francois Léotard y James Pardew, que median para solucionar la crisis del país de una forma dialogada. Las anteriores conversaciones se habían complicado a causa del rechazo de los eslavos a conceder el estatuto de lengua oficial al albanés, junto con el macedonio, así como dar a los albaneses representación proporcional en la Policía. Las conversaciones se reanudaron una vez cumplido el requisito indispensable de que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se retirase de la zona norte del país y accediese a respetar el alto el fuego gracias a la mediación de el enviado especial de la OTAN en los Balcanes, Peter Feith, quien logró el pasado miércoles el compromiso del líder político del insurgente ELN, Ali Ahmeti, de respetar un acuerdo de alto el fuego en Tetovo y su retirada de la zona. El acuerdo no se cumplió totalmente y cinco viviendas, una panadería y un restaurante fueron incendiados la noche del sábado en Tearce, localidad situada a 15 kilómetros al noreste de Tetovo, en Macedonia. Según el acuerdo pactado el miércoles pasado con la OTAN, la guerrilla albanesa debía haber abandonado sus posiciones en esta carretera. Los roces entre albaneses y eslavos se han intensificado desde que la guerrilla comenzase el pasado febrero sus ataques. Además, alrededor de 200 jóvenes nacionalistas macedonios tomaron el pasado martes las calles de la capital, Skopje, y atacaron las sedes de edificios internacionales en respuesta a el enquistamiento de la crisis con la guerrilla albanesa. Los jóvenes reprocharon a la OTAN su pasividad y se ensañaron con todo lo que representase a Occidente: rompieron las ventanas de la Embajada de Alemania y, en la sede de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), incendiaron tres vehículos del organismo y destrozaron otros tantos.