EL REDCUADRO
Rato, "sin romperlo ni mancharlo"
Por Antonio Burgos2 min
Opinión09-05-2004
Han despelechado o se han quedado sin pintura las anónimas brochas que escribían en las paredes en aquellas horas: "Antes de votar queremos saber". Los que daban las órdenes a las brochas podían haber dicho que tuvieran un detalle con nosotros, y que escribieran: "Una vez que hemos votado y que los echamos, nos importa un carajo saber (perdón por lo de carajo)". No se explica que lo que interesaba tanto a la hora de las urnas pase ahora a la Comisión de Secretos Oficiales y no ocurra. ¿No querían saber? ¿Por qué callan ahora ante los secretos oficiales? En el colegio decíamos: "Secretitos en reunión son falta de educación". De educación cívica, de madurez de ese pueblo que dicen que es tan sabio y que a la vista está cómo compra todas las motos que quieran venderle, con tal que se las vendan bien, cosa que nunca logró aprender el PP. A falta de banquillo, quieren sentar a Aznar en la Comisión de Secretos Oficiales. A muchos les pediría el cuerpo llevarlo ante el Tribunal de Crímenes contra la Humanidad por haber cometido la villanía de enviar un buque-hospital y unas plantas desalinizadoras de agua a Irak. Por eso tenían que haber hecho todos como Rato. La guerra de Irak ha pasado por Rato según aquella definición del catecismo del Padre Ripalda: "Como el rayo de sol por el cristal, sin romperlo ni mancharlo". Los ministros son corresponsables de las decisiones de sus gobiernos, excepto Rodrigo Rato, que el día que se decidió la escenografía de la foto de las Azores estaba en la cama con 39. Con 39 amiguitos suyos, entre ellos Polanco, en la cama redonda de entregar todos los recursos del poder al adversario y de poner a los enemigos en plantilla, a fin de que luego le agradecieran los servicios prestados. Está Aznar con tratamiento contra la depresión y está Rato con tratamiento de jefe de Estado como director del Fondo Monetario Internacional y no hay quien le tosa, ni quien le diga una voz más alta que otra. Ni éste era un asesino, ni éste engañó al pueblo con lo de la ETA en las bombas del 11 de marzo, ni éste nada de nada. Su clarividencia impoluta le ha hecho predecir que la cosa se va a poner chunga con el barril de petróleo a 37 dólares, qué lumbrera de la economía... Y mientras sus antiguos compañeros de gobierno, de prepotentes oficiales del Reino, pidiendo una limosnita de listas europeas. ¡Cuánta injusticia hay en el mundo! A uno lo han mandado al FIM y a los demás, con iguales méritos, a la mierda...
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Antonio Burgos
Columnista del diario ABC
Andaluz, sevillano y del Betis
** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor