SIN ESPINAS
La omisión del 11-M
Por Javier de la Rosa2 min
Opinión09-05-2004
Que los políticos actúan al margen de la ciudadanía no es una frase hecha, sino una verdad como un templo. ¡Que desgracia! Mayor, cuando el régimen parlamentario que “sostiene” nuestra democracia dificulta, por no decir que impide, la verdadera división de poderes. Sólo el cuarto poder- los medios de comunicación informativos- restaña esas lagunas; aunque lo hagan por defecto y en gran medida como instrumento al servicio del poder político. Las filtraciones de la semana pasada son un ejemplo más. Pero profundizar en por qué los medios son los voceros de nuestros representantes sería objeto de un largo ensayo. El caso es que los dos partidos mayoritarios siguen “jugando” con los españoles. Dependiendo de los tiempos y de cómo vayan las encuestas de las elecciones europeas, Zapatero y Rajoy a través de sus negociantes Rubalcaba y Zaplana apañaran la verdadera fisonomía de la comisión de investigación del 11-M, es decir, cuando se hará y hasta donde llegará. ¿Por qué? Porque tanto PSOE como PP se han condenado a entenderse sopena de no evitar que se conozca cómo se las gastaron con casi 200 cuerpos calientes sobre la mesa. Al final, sino se terminan volviendo locos, que tampoco es descartable visto lo visto, llegarán a una especie de statu quo donde un paso más les llevaría a la destrucción mutua. Una especie de guerra fría- salvando las distancias- de la política española, donde si los dos tiran demasiado de la manta podrían aparecer juntos y desnudos en una mala posada. Como cornudos objeto de sus infidelidades apareceríamos, sin duda, sus votantes. Es lamentable que en un país que se define demócrata, los que tienen que ocultar sean los que decidan las preguntas que hay que hacer. En la tan denostada democracia norteamericana- un gran ejemplo en este sentido pese a quien le pese- las comisiones llegan hasta el despacho oval, son ejecutadas desde un organismo independiente en el parlamento y obligan a claudicar si hace falta al jefe del ejercito más poderoso del mundo. Lo hemos visto esta semana, Rumsfeld tuvo que responder públicamente a todas las preguntas que los senadores y congresistas norteamericanos tuvieron a bien hacerle en la Cámara de representantes. En España, esto sería impensable. Pero si esta situación es ominosa, más grave aún es que los dos partidos mayoritarios sigan haciendo leña electoralista en asuntos- terrorismo y nacionalismo- donde la unidad de ambos partidos es tan indefectible como inexcusable. En nuestro país, no habrá una verdadera comisión de investigación sobre el 11-M sino una omisión de responsabilidades. Y la omisión en casos tan graves como este, también es un delito.