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COYUNTURA

El FMI pide a Argentina que salde su deuda con medidas más estrictas

Por Ana Romero VicenteTiempo de lectura1 min
Economía07-05-2004

El próximo mes de junio el Fondo Monetario Internacional (FMI) acudirá de nuevo a Argentina. Esta visita ya prevista será algo más que rutinaria. No sólo revisará el programa crediticio pactado con el país andino en el 2003, también tratará de convencer a los mandatarios argentinos para que establezcan nuevas medidas que liberen al país de sus deudas lo antes posible.

Llegar a un acuerdo será difícil porque cumplir algunas de las peticiones del Fondo sería “una irresponsabilidad” para la economía argentina, según el presidente de este país, Néstor Kirchner. Argentina tiene una deuda de 88.000 millones de dólares, contraída principalmente con sus acreedores y no con el FMI, tal y como lo ha aclarado el nuevo presidente de esta institución, Rodrigo Rato. Ante este problema, el Fondo, que considera que Argentina progresa adecuadamente en su lucha por salir de la crisis, cree que el país podría prosperar más para saldar sus deudas. Por eso ha propuesto a los dirigentes argentinos que aumenten sus metas: elevar el objetivo de superávit fiscal por encima del tres por ciento de su Producto Interior Bruto para el próximo año y subir las tarifas del servicio público son algunas de ellas. El FMI cree que este es el camino para reestructurar la deuda y volver crear un ambiente de confianza, ya que cree que Argentina necesita atraer más inversión extranjera. Al presidente Kirchner no le han hecho ninguna gracia estas peticiones, ya que considera que “Argentina, el máximo que puede dar, es lo que ha dado”. De momento, Rato y Kirchner sólo parecen estar de acuerdo en una cosa: tener un buen entendimiento entre ambos. Según está la situación, parece que será algo complicado. Pero nada se da por perdido ni por ganado. Es conocido que Rato tiene buenas relaciones en el país andino y el toque personal de este español podría ser fundamental en las negociaciones del binomio FMI-Argentina.

Fotografía de Ana Romero Vicente