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ACHIQUE DE ESPACIOS

A vergonha mais grande

Fotografía

Por Nacho García BarcoTiempo de lectura2 min
Deportes28-07-2001

La Copa América estuvo a punto de ser una ilusión veraniega para los colombianos. El torneo se avivó y salió adelante con la ausencia de Argentina y con la cenicienta Honduras en su lugar. Con este panorama se suponía que las posibilidades de Brasil y Colombia para llevarse el campeonato aumentaron. Pero nada más lejos de la realidad: una vez más, el fútbol ha vuelto a demostrar que es grandioso. Desde el momento en que acabó el partido de cuartos de final entre Honduras y Brasil, con la escandalosa derrota canarinha a manos de una desconocida selección hondureña, el devenir de la Copa América quedó en un segundo plano. ¡Qué más da saber si ganará Colombia, México o Uruguay! ¡Qué más da saber si Honduras se meterá en la final! Todo importa menos cuando no está Brasil, y más si ésta agoniza escandalosamente. Es cierto que no estaban algunas figuras: Rivaldo, Roberto Carlos o Cafú, pero cualquier jugador que vista la camiseta amarilla debe defender un escudo y a un país que ha sido cuatro veces campeón del mundo. Por eso mismo, es inadmisible que ofrezca la imagen dada en la reciente Copa América. Una derrota contra México, victorias sufridas contra Perú y Paraguay y eliminación ante Honduras en cuartos. Entre Wanderley Luxemburgo, antes, y Luiz Felipe Scolari, ahora, Brasil va encaminada hacia el abismo sin remisión. En una de las más pobres y descafeinadas Copas de América de los últimos años, ha caído a manos de una selección de tercer nivel, pero lo peor de todo no sólo es eso, sino que esa mala trayectoria le acerca, también, a tener un pie fuera del próximo Mundial de Japón y Corea de 2002. Está claro que Brasil atraviesa por uno de los peores momentos que se le recuerdan; por eso siempre hay que ir con todo, sobre todo porque el fútbol ya no es lo que era y hoy en día cualquiera te da un bofetón. Prescindir de Rivaldo, Romario, Cafú, Roberto Carlos... es demasiado lujo, incluso para Brasil. Mientras el país de la samba se avergüenza de su selección, yo me acuerdo de Mauro Silva y Elber. Se negaron a acudir. Ni que lo vieran venir.

Fotografía de Nacho García Barco