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EL REDCUADRO

Moros y cristianos

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura3 min
Opinión28-03-2004

Si a Juanito Valderrama le hubiera cogido el ataque a Pearl Harbour en Nueva York, como parece japonés, hubiera acabado con su rosario de cuentas en un campo de concentración. Tras el ataque al coloso, muchos americanos de origen japonés o inmigrantes nipones que buscaron trabajo en California como cuando la construcción del ferrocarril, fueron declarados por la sociedad americana culpables colectivos de Pearl Harbour. Los asesinatos en masa del 11-M han sido nuestro Pearl Harbour y nuestras Torres Gemelas, todo en una pieza. Fue bingo la inicial línea secundaria de investigación que seguían los que informaban a la oposición y a "un poder fáctico fácilmente reconocible" antes que al Gobierno al que había que dejar por embustero. Fue el terrorismo islámico. Dicho así. No ya en los medios de comunicación; ni en la calle he oído la que hubiera sido la frase cantada: "Han sido los moros". El musulmán, el mahometano, el magrebí, el árabe, eran genéricamente en España "los moros". Desde lo alto de Covadonga, siete siglos de Reconquista avalaban esa denominación. Borrada de la noche a la mañana. A pesar del dolor, todo el mundo cita a los autores de los asesinatos en masa en términos más que políticamente ultracorrectos: terroristas islámicos, fundamentalistas de Al Qaeda, nunca "moros". No se ha levantado el menor sentimiento de xenofobia contra los inmigrantes norteafricanos, contra las comunidades musulmanas. Lo he visto en el barrio de mi suegra, como ya dije. En una esquina del barrio de mi suegra hay una socorrida y atrayente tienda de los veinte duros, propiedad de un marroquí. El que está en esa esquina vendiendo lejía baratísima es en el barrio, perdón, "el moro de los veinte duros". Nadie en estos días le ha dicho una palabra más alta que otra al moro de los veinte duros. La gente ha seguido comprando en la tienda del moro. No ha entrado el menor "síndrome Pearl Harbour" de una ola racista. Ni a Hakim, el heredero musical de Emilio el Moro, lo han metido en un campo de concentración como hubiera acabado Juanito Valderrama en la América de 1939. No ha habido el menor brote de xenofobia ni de racismo, a pesar de las decenas de marroquíes detenidos como autores de los asesinatos. ¿Somos tan tolerantes y antirrascistas como nos dijeron? Puede ser. Quizá con nuevas direcciones. El español lleva dentro una reserva espiritual de Occidente de intolerancia que por algún lado tiene que romper. Se contiene con los marroquíes y con los musulmanes, pero se inventa otros chivos expiatorios. Después del 14-M nadie ha linchado a ningún un moro, gracias a Dios y a Alá. Pero sí han linchado y siguen linchando, moral y políticamente, a muchos cristianos: a los cristianos del PP. Es una intolerancia cambiada de signo. Tolerancia cero con los perdedores. A efectos de linchamiento, Aznar y el PP son ahora como los moros en las Navas de Tolosa. Vista Alegre tenía el otro día algo de pueblo perseguido que reza ante de la que le van a dar. Que recen lo que sepan. Falta les va a hacer.

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor