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ANÁLISIS DE LA SEMANA

Una costumbre malsana

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura1 min
Sociedad28-03-2004

Al principio de conocerle se le iluminaba la mirada. Cada beso tenía ese regusto especial que le hacía destacar de los demás. Pero un buen día algo cambia y todo se convierte en una cruel copia del anterior. Una rutina de empujones y malas intenciones, donde hunde la cabeza abatida y queda cegada. Un amanecer envuelto en el temor de despertarse al lado de su enemigo, o no ver una nueva mañana. Esta semana, otra mujer ha muerto a manos de su marido en España. Otra víctima que pasa a engrosar la lista de los desgraciados, que se unirán a los de ayer y a los de mañana. A los muertos diarios de Palestina e Israel, a los de pobres que han perdido la vida en el nuevo terremoto de Turquía o esas 190 víctimas que sigue llorando España. Esta clase de tristezas se ha convertido en algo tan habitualen nuestras vidas que ya no nos espanta. Sólo si la catástrofe es muy gorda nos llama. Las víctimas se convierten en un personaje transitorio que llena durante un día, una semana o un mes concreto las pantallas. Luego, poco a poco, se olvida entre el bombardeo de noticias diarias. Pero el mal sigue ahí como de costumbre, haciendo mella en sus formas variadas. Menos mal que, para compensar, hay gente a los que la sensibilidad gana la batalla. Gente que se compromete y remueve el cielo y la tierra para aliviar un poco los males del planeta. Gente que reparte un abrazo por cada pena, un beso por cada bofetada.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo