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EL REDCUADRO

Esperanza, de Madrid al suelo

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura2 min
Opinión23-11-2003

La España viva pinta vítores. Aplicables a todos los territorios patrios, excepto a la propia nación. Puedes gritar "Viva Castro Urdiales" o "Viva La Bañeza", que te toman por nacionalista. No se te ocurra gritar "Viva España", porque entonces eres un fascista de mucho cuidado. Tal vítor, en el mejor de los casos, es de uso externo, como el linimento del tío del bigote. Sólo se te perdona que lo grites si estás en Oslo, está jugando la selección española y Raúl le marca un gol a los paisanos de Eva Sannum. Puedes, en cambio, gritar "Visca Catalunya Lliure" (pronúnciese "yura"), "Gora Euskadi Askatututa", "Viva Andalucía Libre" e incluso si eres extremeño y te llamas Rodríguez Ibarra, puedes gritar la versión libre para la radio del "Viva Extremadura Libre": "Me importa un pepino lo que pacten Maragall, Mas y Rovira, porque ya estoy hasta el gorro y me importa tres leches". Le faltó añadir: "Y un jamón". Hubiera sido una propaganda preciosa del jamón extremeño, ahora que lo va a regalar a troche y moche y Montánchez para que las bodas del Príncipe de Asturias sean las de Camacho. Por eso tiene mucha más fuerza el "Viva Madrid libre" que acaba de gritar Esperanza Aguirre, erigiéndose en una especie de sección femenina del alcalde de Móstoles, sin empanadilla. Como Madrid es mucho Madrid para pedir su libertad, se ha quedado con una parte del todo a la hora de gritar independencias. Más que para Madrid en general, pide libertad para el suelo urbanizable. ¡Viva el ladrillo libre! Aguirre pone al día la vieja reivindicación de la tierra. Blas Infante decía: "Andaluces, levantaos, pedir tierra y libertad". Ella lo actualiza: "Madrileños, levantaos, pedir suelo y libertad". La vieja reivindicación de la tierra es ahora la reivindicación del suelo. Los ayuntamientos son los nuevos terratenientes que tienen sobre el suelo el derecho de pernada de la recalificaciòn. A suelo libre, se acabó la recalificación y el cobro de maletines o de impuesto revolucionario en forma de un polideportivo que tiene pagarle al ayuntamiento quien se compra un piso. De todos los vivas de este tiempo de disgregación patria, me quedo con el grito de Esperanza Aguirre para acabar con la tiranía municipal del ladrillo y con el reparto de la tierra previo pago de su convoluto. Si lo lleva a cabo, pasará a la historia como autora del nuevo lema de la Villa y Corte, reescritura del clásico "De Madrid al cielo". Ahora será: "De Madrid al suelo, y un agujerito para echar los cimientos de un bloque de pisos por el que ningún concejal de Urbanismo haya cobrado la comisión".

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor