EL REDCUADRO
"Beber puede matar"
Por Antonio Burgos3 min
Opinión13-07-2003
Empezaron con una letrita así de chica, aviso minúsculo que ponía: "Fumar perjudica a la salud". Luego aumentaron la letra y cargaron la mala suerte en el parte facultativo, como suelen los cirujanos taurinos para que digan que son muy buenos cuando el diestro del cornalón está en los ruedos a los quince días: "Fumar perjudica gravemente a la salud". Conforme iba marcando la Pasarela Sin Humos de Estados Unidos, los letreros de los paquetes de tabaco fueron aumentando de tamaño, según moda. Del tabaco fresco y recién importado de los Estados Unidos con vaquero de Marlboro incluido, pasamos a la moda antitabaco, en la que por casualidad no nos inventamos aquí la figura del Cirujano General del Reino. En el servilismo ante el Imperio hubiera sido perfecto: "El Cirujano General del Reino ha determinado que fumar no es un placer, diga lo que diga Sarita". Con fervor de neoconversos, estamos llegando mucho más lejos que Estados Unidos en la moda antitabaco. Altadis, ella de soltera Tabacalera, ha rebajado sus cajetillas. Por el precio de un paquete de Ducados te compras también una esquela mortuoria del modelo 5, de las de "excelentísimo señor", donde pone así de grande: "Fumar puede matar". El tabaco que empezó por la elegancia social del humo cuando estaba en la boca perfecta de Katharine Hepburn o en los labios de Humphrey Bogart, devino luego en perjudicial y ya va por asesino. Con un poco de suerte, no será inmediatamente declarado fuera de la ley. Por el momento. Llegará el día en que salgas del estanco con tu paquete y te detenga directamente la Policía. Ojalá en los Estados Unidos, como han dictado la Ley Apagada, vuelvan pronto a la Ley Seca y los imitemos también con esta fidelidad. Admito que el tabaco mata. Perfectas las esquelas de Altadis. Pero quien se mata fumando lo hace en vicio solitario, y no se lleva a nadie por delante. En cambio, ni en las botellas de güisqui ni en las de ginebra viene lo que debería poner: "El alcohol asesina". Aparte de hacerse el hígado fosfatina, el borracho es un peligro social, mientras que el fumador no se hace daño más que a sí mismo. El borracho coge el coche, se salta la mediana y mata a tres señores abstemios y sobrios que venían en dirección contraria. El borracho coge la pistola y se carga a la mujer que maltrataba. El borracho saca la navaja y se la clava en el corazón a otro niñato en la botellona. Según dijeron la otra noche por Radio Nacional, el asesino del naipe no se cargó a sus víctimas tras fumarse dos paquetes de tabaco, sino de ponerse hasta la corcha de calimocho, de cerveza y de coñac. Muchos crímenes y accidentes mortales de circulación tienen certificado de denominación de origen: ora Rioja, ora Escocia, ora Jerez. Ir contra el alcohol, ay, no es aún una moda impuesta desde los Estados Unidos. Estamos creando generaciones enteras de españoles que odian al tabaco... con el hígado hecho mixto. Sin llegar a lo del tío de la baraja, son los habituales borrachos asesinos del volante cada fin de semana.
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Antonio Burgos
Columnista del diario ABC
Andaluz, sevillano y del Betis
** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor