CRÓNICAS DEL ESPACIO INTERIOR
Lo más importante del mundo
Por Álvaro Abellán2 min
Opinión12-05-2003
“Mi fama, toda fama, es siempre un malentendido”, comenta Paco Umbral en su eterna Mortal y rosa. Viniendo de él, genio y figura, parece un mal chiste; pero es también un sano ejercicio de relatividad -que no es lo mismo que el relativismo-. Uno puede encuadrar siempre su vida desde dos perspectivas distintas: la absoluta y la relativa. Visto como absoluto, cada instante de nuestra vida, cada lugar y momento, es lo más importante del mundo. Puesto en relación con el mundo, desde una perspectiva global y amplia, uno debe advertir que todo lo que hace no es más que un batir de alas de mariposa, un granito de arena, una aportación minúscula. Entrenarnos en esta doble mirada salva a un tiempo nuestro compromiso con la realidad y la conciencia de nuestras limitaciones. Y lo salva en todo momento: cuando trabajamos, cuando estamos con los amigos, cuando escuchamos a alguien o cuando le hablamos. También, cuando hacemos política. Los españoles perdimos esta doble mirada durante el pasado conflicto en Iraq. Encuadramos nuestra vista hacia la gravedad y la injusticia de la guerra, pero olvidamos tomar distancia para vernos a nosotros mismos, desde España, a miles de kilómetros de allí y de espaldas a nuestros problemas más cercanos. Gritábamos y nos enfadábamos en nombre del pueblo iraquí mientras apedreábamos las sedes del partido que nos gobierna o llamábamos asesinos a políticos que nunca empuñaron un arma, aun después de sufrir atentados de los terroristas vascos. Luchábamos contra la guerra de allí violentando la paz de aquí. Ahora, pasada la guerra, pude ocurrir al revés. En demasiada perspectiva -y distorsionada- nos colocaremos si convertimos nuestro voto municipal o autonómico en un refrendo del gobierno nacional. O si decidimos no votar o votar sin pensar demasiado. Si antes perdimos la oportunidad de mirar en perspectiva, en las elecciones perdemos a menudo la oportunidad de mirar en absoluto: mi voto, sí, mi solo voto, es lo más importante del mundo. Quedan dos semanas para decidir. ¿A quién quiero confiárselo?