APUNTES DE BANQUILLO
Los otros ‘papas’
Por Roberto J. Madrigal
2 min
Deportes04-05-2003
Los valores del deporte, la ética del trabajo y el esfuerzo de la que he hablado otras veces, me parece que se ven refrendadas con la visita de Juan Pablo II. Vemos en los futbolistas gestos tales como besar una cadena con la cruz o una estampa de María, santiguarse al entrar al campo… sin embargo, aunque sin desmerecer el último –por ahora– carrerón de Fernando Alonso, no vi a ninguna figura del balompié ocupar un hueco en la explanada de Cuatro Vientos o en la plaza de Colón, para escuchar al Santo Padre y pringar, en la medida de lo posible, en esa construcción de una sociedad mejor con las raíces cristianas. Al contrario, gente como Kluivert y Roberto Carlos, modelo para muchos jóvenes, prefirieron darse una vuelta por ese culto al dinero en que se convierten, no siempre sin querer, las carreras de automóviles. De modo que el gesto de atletas como Isaac Viciosa y Alberto García, que cargaron en sus hombros una parte de la alegría con que se recibió al Papa, me merecen desde este fin de semana un respeto aún mayor del que ya les tenía. Porque un servidor, como muchos de los que nos hemos manejado en la cultura de la tecnología, no tiene el valor o la tranquilidad de conciencia para poder salir a la calle y decir sin complejos “soy cristiano” en voz alta, como han hecho miles de españoles. Al contrario, aunque –como muchos otros– he tenido oportunidades para poder hacerlo, desde Jornadas Mundiales de la Juventud, un Jubileo, hasta encuentros regionales de jóvenes y la simple misa dominical–, he optado por descender hasta el relativo anonimato para resguardarme en el paraguas que un polaco devoto de María me ha brindado, al abrir poco a poco la Iglesia a los laicos. Así que ¿qué papel nos queda a los que no somos dignos de figurar en la Primera División de los fieles? Mucho: desde no perder la memoria, hasta trabajar con dignidad, pasando por construir un entorno más justo en cosas tan relevantes –aunque no lo parezcan– como nuestra familia, en nuestro barrio, entre nuestros amigos… pero se agradece que alguno de estos nuevos ídolos del consumismo y de las grandes empresas se moje también en el terreno de la fe solidaria, la que respeta al individuo y le permite realizarse. Después de todo, parece un mensaje más de fiar que las promesas y promesas que se nos avecinan en la campaña electoral.
