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CRÓNICAS DEL ESPACIO INTERIOR

El trivial del CIS

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión31-03-2003

El 91 por ciento de los españoles es contrario a la guerra contra Irak. El 11 por ciento valora bien o muy bien la gestión del Gobierno en esta crisis. No cuadra, no da 100, me decía un alumno el otro día. Su comentario revela el éxito de uno de los múltiples planes manipuladores que nos atacan estos días: confundir el “No a la Guerra” con el “No al Gobierno”. Gracias a la encuesta menos tendenciosa que se ha hecho sobre la guerra en lo que va de año, el CIS resuelve algunas incógnitas y plantea nuevas preguntas. La aclaración más esperada vino de la pregunta sobre la valoración del Gobierno. Aunque las respuestas se obtuvieron antes del inicio de las hostilidades, el “No a la gestión del Gobierno” -o la valoración de mala o muy mala- dista del “no a la guerra” en más de 30 puntos. Más o menos la misma distancia que entre el “sí a la guerra” y el “sí a la gestión de la oposición” -o a la valoración como buena o muy buena-. También similar a la distancia entre ese “sí a la gestión de la oposición” y el “no a la guerra”, puestos a relacionar los datos. En resumen, que los españoles sabemos diferenciar entre una acción concreta de Gobierno, su gestión en general y su legitimidad. Eso tendría que aprenderlo Zapatero. Llamazares, que representa un partido que engloba al antidemocrático Partido Comunista, puede cuestionar la democracia. Zapatero, no. Zapatero no debería decir cosas como que la mayoría absoluta del Parlamento no tiene legitimidad para iniciar una guerra. Zapatero no debería cuestionar la legitimidad de nuestro sistema. El líder de la oposición debería tener, al menos, dos dedos de frente. La nueva incógnita que plantea la encuesta del CIS es la de saber qué harían los españoles con el régimen de Sadam Husein. El 60 por ciento cree que tiene armas de destrucción masiva, pero el 91 por ciento rechaza la intervención. Lo cierto es que todas las resoluciones sobre Irak cayeron en saco roto hasta que Bush comenzó a mandar tropas a la zona. Sólo después Sadam hizo lo justo para dividir a la ONU y, en todo caso, menos de lo que le exigían todas las resoluciones. Quiero creer que los españoles contestan a las encuestas con la cabeza y no con el corazón. Pero las encuestas no responden a la mágica pregunta: ¿Cuál es esa solución soñada por todos?

Fotografía de Álvaro Abellán

$red

Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach