Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

LA IMAGEN DE LA SEMANA

Cuando Marte se ruboriza

Fotografía Foto publicada en www.elpais.es

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión18-06-2001

Marte dejó de ser el dios de la guerra cuando los hombres se rieron de él. Fue hace ya muchos siglos, en uno de esos raros momentos en los que Marte, Tierra y Sol se alinean y sólo 65 millones de kilómetros separan al planeta azul del rojo. Otros rojos y azules se mataron hace 65 años en menos de medio millón de kilómetros cuadrados. Poco espacio vital para quien no quiere aprender ni entenderse. Marte dejó de ser el dios de la guerra cuando los hombres se rieron de él. Fue hace varios siglos, cuando uno predicó amor: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". Ver al otro como igual no era bueno para las guerras y el dios de éstas se fue al paro. El hombre robó la dignidad a los dioses, les dijo que matar en su nombre estaba mal, y Marte se ruborizó y alejó dejando su orondo rostro rojo en órbita. Marte dejó de ser el dios de la guerra cuando los hombres se rieron de él. Fue hace pocos años, cuando Europa descubrió que los hombres malos son también prójimos y merecen una segunda oportunidad. En eso estaban antes de que el tiempo volviera a alinear a Marte, Tierra y Sol. Marte ha echado un vistazo a los hombres y ha decidido quedarse unos días. Ha visto a miles de hombres protestar contra la posible ejecución de un hispano; pero sólo a cientos comentar la consumada ejecución de un asesino. Ha visto cómo los mismos modernos que condenan la pena de muerte promueven un barco que incita al aborto. Aurora -principio, amanecer- es el perverso nombre de la nave nacida para truncar nacimientos. Cómo matar la vida sin matar también el lenguaje. El hombre dejó de ser hombre cuando los hombres se rieron de él. La risa sana ruboriza ídolos. La risa que olvida la verdad lo destruye todo. El hombre olvidó que el crimen, el tamaño, la inteligencia o la edad no hacen al hombre menos hombre. Olvidó distinguir entre sustancia -lo que hace que algo sea lo que es- y accidente -lo que puede cambiar sin que algo deje que ser lo que es -. Marte sabe que el óvulo fecundado es tan hombre como el anciano; el criminal, tan hombre como el presidente. Marte dejó de ser el dios de la guerra cuando los hombres se rieron de él. Ahora, cuando el hombre se ríe de sí mismo y es incapaz de tomarse en serio, Marte muestra humilde su rubor conciliador. Y nos recuerda que aprendió.

Fotografía de Álvaro Abellán

$red

Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach