ANÁLISIS DE LA SEMANA
El planeta rojo se pone colorado
Por Javier Bragado2 min
Sociedad17-06-2001
En una semana en que el protagonismo del planeta azul se acentuó con las discusiones sobre el protocolo de Kioto y las protestas antiglobalización, a nuestro vecino planetario más cercano le picó la curiosidad y se acercó. Como buenos anfitriones no podemos dejar pasar la visita de un huésped que se acerca por aquí cada quince años. A simple vista le podremos observar durante los próximos días -quizá por eso se muestre sonrojado- y nos preguntamos ¿por qué todavía no ha llegado ningún astronauta a pisar su superficie? y otras cuestiones similares. La Agencia Espacial Norteamericana (NASA) ha emprendido varios programas de aproximación a Marte y si no dan los frutos deseados en poco tiempo es posible que se desestime cualquier atención a nuestro vecino. Incluso alguno de los cuatro de cada diez jóvenes que no superan los 25 años y se emborracha alguna vez cada año lo verán doble. Sin duda, quien no lo podrá ver es el diablo de Oklahoma, ejecutado en nombre de la justicia el pasado lunes. Así, la Justicia de los Estados Unidos -país que firmó en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos, entre los que se incluía el derecho a la vida- ha cumplido la sentencia contra el autor del mayor atentado de la historia del estado norteamericano. En España, en cambio, la alerta no sólo llega de los atentados terroristas sino también de la alimentación. Tras las crisis de las vacas locas y la fiebre aftosa otra enfermedad ha sacudido al mundo ganadero. Se ha localizado un foco de peste porcina clásica en Cataluña y ya se han tomado medidas para evitar su contagio, que en este caso suele ser fácil y rápido. Lo que no ha sido ni fácil ni rápido es la explicación de la Ley de Conciliación de la Vida Laboral y Familiar. Hace dos años que se espera su desarrollo, que debería facilitar los permisos de paternidad a los españoles. Por el momento, los progenitores varones deben robar a sus compañeras parte del permiso de maternidad para disponer de las vacaciones necesarias para atender a sus nuevos vástagos.