Cuesta abajo y sin frenos
Por Pablo A. Iglesias
1 min
España21-02-2003
El Partido Popular atraviesa la peor etapa política desde que llegó al gobierno en 1996. La popularidad de sus líderes y la valoración de su gestión cae en picado mes tras mes. Gescartera, el Prestige, la guerra de Irak... todos los elementos parecen confabularse contra José María Aznar. Arrinconado por las encuestas y las diferencias internas dentro del partido, ha tenido que maquillar su discurso para frenar la caída.
Ni el más pesimista de los populares podía imaginar en enero las consecuencias tan negativas que tendría la crisis de Irak para el Gobierno. Sadam Husein apareció como una bocanada de aire fresco en plena crisis del Prestige, pero ha debilitado aún más la imagen del presidente. Aznar empezó hablando de guerra preventiva contra Irak sin pensar las consecuencias. Ahora, ha matizado el mensaje y señala como objetivos la paz y la legalidad internacional. Sin embargo, el PP no ha cambiado su postura respecto a Irak, sólo emplea palabras diferentes. Ha puesto en marcha toda una campaña informativa -a través de folletos publicitarios y entrevistas- para convencer a los españoles de que su posición es la más acertada, además de la más coherente. Mantiene su apoyo incondicional a Estados Unidos a pesar de que numerosos altos cargos están en desacuerdo. Ninguno osa a criticar en público la fuerte amistad entre Aznar y Bush. Pero, en privado, reconocen a La Semana.es que puede ser una losa electoral. Las intervenciones de la ministra de Exteriores, Ana Palacio, en Naciones Unidas tampoco están bien vistas. Así, de mal en peor, el PP asume el daño que tendrá la guerra en Irak en los comicios de mayo y confía en que afecte lo menos posible en las generales de 2004.
Seguir a @PabloAIglesias
Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito