ANÁLISIS DE LA SEMANA
Como disfruta un soñador
Por Almudena Hernández
2 min
Sociedad23-02-2003
Tragedias, sucesos, catástrofes, enfrentamientos, víctimas, sufridores… La locura de la tristeza invade cualquier latitud del planeta: aquí en España, en Corea del Sur, en Nicaragua... Después de oír la radio,/ de ver televisión,/ de darles una ojeada a los periódicos de hoy,/ las gentes viven tristes,/ vivir es un temor,/ los ricos se hacen pobres/ mientras yo soy un magnate soñador.” Vivir, más que un temor, es un riesgo apto sólo para valientes. Arriesgarse a formar una familia puede llevarle a un españolito de a pie a la bancarrota. Por muchas ayudas que ofrezca el Gobierno y muchos planes que promueva, quien tiene que echarle un par es cada individuo. Mas, no sólo de pan vive el hombre. Pues quizás otros vivan bien o, mejor dicho, vivan intensamente. Esto es, hacer en cada momento lo que se tiene que hacer y en ese instante, echar los restos. ¿Soñador? Para estar en las nubes primero hay que haberse manchado los pies con el barro de la realidad y, ¿por qué no? haber pisado la mierda. La grandeza del hombre reside en su dignidad, que sea digno a pesar de las tragedias y de los sucesos; aunque en la radio sólo se escuchen catástrofes y enfrentamientos, la televisión muestre a las víctimas, y en los periódicos las noticias las protagonicen los sufridores de un planeta invadido por la tristeza. En ocasiones es difícil, pero soñar así no cuesta nada. ¿Quién da un peso por mis sueños,/ por mi forma millonaria de vivir?/ Mi riqueza se compone de una flor,/ es así como disfruta un soñador, pregunta al aire –si es que escucha– desde la grandeza que tienen los genios bajitos como Armando Manzanero, que ha puesto música a los sueños y a la vida.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo