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SIN ESPINAS

Hillary Botella

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura2 min
Opinión13-01-2003

Aznar sigue el modelo norteamericano hasta para determinar la función que debe desempeñar su esposa. Por esta vez, le alabo el gusto. Sin embargo, lo de la primera dama con tirón popular e implicada en actividades sociales en pro de los menos favorecidos fue el mejor "reinvento" de Hillary Clinton. Consiguió independizarse de su adultero marido dentro y fuera de casa haciéndole encima un gran favor como mujer de Estado. Papel de mujer de Estado que aquí en España no habíamos visto tan trabajado hasta la aparición en escena de Ana Botella. Llamarla primera dama todavía se nos hace raro, pero, sin duda, mucho menos que sí se hubieran referido a ella de esta manera en el 96. La mujer del presidente ha conocido su papel a la perfección y lo ha interpretado propiamente. Su tirón popular es, por tanto, fruto de un esfuerzo de compromiso que otras esposas de ex presidentes españoles desdeñaron, ignoraron o no supieron aprovechar. No obstante, su entrada en la política activa se está deslizando más por la instrumentalización que por la capacidad e independencia que la caracterizan. Todos quieren sacar partido, sin embargo, Ana Botella entra en el ruedo sólo porque ella quiere. Haber detectado sus deseos es mérito de Alberto Ruiz-Gallardón y conseguir que eso sea un espaldarazo para sus aspiraciones a La Moncloa, una consecuencia. Aspiraciones que un hombre de su aptitud nunca ha desestimado. Gallardón es un corredor de fondo que no se desinfla ni aunque el presidente del partido le jure que, mientras él tenga algo que ver, nunca llegará a La Moncloa. Creo que lo conseguirá más tarde o más temprano. Es el que más se parece a Aznar. Con una peculiaridad, arriesga más que él. Por eso, se ha dado buenas tortas. Respecto a quien desde la oposición ve esto como una maniobra política para dejar a Ana Botella de alcaldesa de Madrid cuando Gallardón llegué a La Moncloa, que siga especulando. Es lo único que podrá hacer ante algo, que en todo caso, debería preocupar más a los aspirantes del Partido Popular. En la oposición están asustados porque el golpe de efecto va a darle más votos a Gallardón que los que le va a quitar. Por eso, apelan de nuevo al discurso rancio del conservadurismo y la derechona. Trinidad y Llamazares confunden las irracionales actitudes conservadoras de antaño con ser fiel a los buenos principios que uno tiene. Ese equilibrio lo necesita un PP que ha liberalizado y desarraigado el propio Aznar en los últimos años y habla además de la apertura mental de Gallardón. Sea como fuere, la entrada de Hillary Botella en política es muy importante por las diversas consecuencias que se derivan. Con su aparición y cambiando el viejo chiste feminista podemos decir que detrás de un hombre inteligente puede haber una mujer sorprendente... en vez de sorprendida.

Fotografía de Javier de la Rosa