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Corea del Norte y su situación política

Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional29-12-2002

En Corea del Norte el paso de los días es prácticamente igual para la mayor parte de la población. Sus vidas transcurren de manera cíclica dentro de unas fronteras casi infranqueables que aumentan el aislamiento de los norcoreanos y la permanencia en el poder de sus líderes.

La situación política de Corea del Norte es una de las más peculiares que existe en la Comunidad Internacional y que se mantiene a pesar de la caída de la mayoría de los regímenes comunistas o de la reconversión de éstos. La política norcoreana se rige por la ideología Juche -autosuficiencia-, que le dio buenos resultados entre las décadas de los 60 y 80 pero que con el declive del bloque soviético ha ido de mal en peor y ha convertido a Corea del Norte en uno de los países donde peor vive la población. Además del aislamiento -sólo hay un canal de televisión, no hay parabólicas, las radios tienen fijada la longitud de onda para impedir la escucha de emisoras extranjeras, no hay acceso libre a Internet...- los desastres naturales que ha sufrido el territorio norcoreano han aumentando los problemas y las hambrunas han estado presentes en los últimos años. El Partido de los Trabajadores de Corea -partido único- gobierna Corea del Norte y la Asamblea Suprema Popular es el órgano de poder y está formada por 687 miembros elegidos cada cuatro años en votaciones dirigidas. El gran líder norcoreano y primer mandatario del país fue Kim Il-sung. Él fue quien dirigió los destinos de Corea del Norte hasta su fallecimiento en 1994. Durante los casi 50 años que estuvo en el poder creó un Estado a su antojo donde el culto a su persona se extendió rápidamente. Kim se aprovechó de la coyuntura internacional para gobernar un país que estaba respaldado -mediante tratados de asistencia mutua- por la URSS y por China. A pesar de ello, el empeoramiento de las relaciones con sus antiguos aliados, la crisis económica -agudizada por los gastos militares- y la muerte de Kim Il-sung -sustituido por su hijo Kim Jong-il- han hecho mella en Corea del Norte. Hay autores que estiman que el régimen norcoreano destina el 22 por ciento del Producto Nacional Bruto (PNB) a gastos militares. El servicio militar es selectivo pero dura entre cinco y ocho años en el Ejército de Tierra, entre cinco y diez años en la Armada y de tres a cuatro años en el Ejército del Aire. En total son, aproximadamente, más de un millón de soldados a los que hay que añadir la Policía de Fronteras y una milicia civil (Guardia Roja). Las principales estrategias militares norcoreanas son dominar al enemigo sin tener que luchar, evitar que el rival conozca las características de sus arsenales y amenazar con la fabricación y uso de armas de destrucción masiva -como está haciendo en la actualidad-. Todo para mantener el régimen y para obtener ayudas internacionales que mitiguen las dificultades internas. A la vez que está en marcha esta estrategia, los líderes norcoreanos iniciaron a finales de los 90 un reacercamiento hacia Rusia, China y la Unión Europea. Incluso Corea del Norte se planteó crear zonas económicas especiales -a semejanza de sus vecinos chinos- pero todo ello es un proceso muy lento que se ha visto aún más dificultado con la actual actitud norcoreana.

Fotografía de Isaac Á. Calvo

Isaac Á. Calvo

Licenciado en Periodismo

Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación

Editor del Grupo AGD