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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

No lo llames amor

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad10-12-2014

No lo llames amor cuando quieres decir sexo. No hablemos de política cuando queremos referirnos al bolsillo, al parné, al monedero, a los billetes bajo el colchón, a los dineros, en suma, a la economía. Dicen los datos (sombra aquí y sombra allá) que hay más empleo y que, aunque sea para unos pocos miles de españoles, estas navidades el turrón tendrá un sabor más dulce y esperanzador. Es más, también son alentadores los datos del turismo, ese salvavidas que siempre ha sido un plan B para las cuentas patrias, por no decir un plan A. Incluso, los más madrugadores se han dejado contagiar por modas consumistas anglosajonas con el black friday y tras el viernes posterior a la fiesta estadounidense de Acción de Gracias han dedicado el puente de la Constitución (también lo es de la Inmaculada) a escribir las cartas a sus Majestades de Oriente y a ese otro intruso cuyas marionetas cuelgan cada vez de más balcones como si fuese un Bárcenas cualquiera que sólo dice "jo, jo, jo". El caso es que eso a lo que no sabemos cómo llamar parece que reverdece con los hielos de diciembre y la casta y los descastados se han puesto a gastar. Los comerciantes aplauden, como no podría ser de otro modo, pero habrá que esperar al 6 de enero para ver si ha sido una fiebre pasajera, si la cuesta de enero será más dura que la de la Pantoja o si realmente esa cierta alegría monetaria responde a una auténtica recuperación económica. Y la economía, ya lo saben ustedes, marca el sino de la sociedad y de las gentes. Pero la prueba de fuego que demostrará que la crisis, la desaceleración o el crecimiento negativo quedaron atrás llegará cuando los aspirantes a (des)gobernarnos arranquen la precampaña electoral. Si hablan del bolsillo, el parné, el monedero, los billetes bajo el colchón, los dineros, y en suma, de la economía, significará que los brotes verdes murieron congelados con los langostinos argentinos de las cenas navideñas. Pero si olvidan que la prima de riesgo ronda los 100 puntos y se llenan la boca con asuntos como el aborto y la educación sabremos cómo llamarlo. Sexo, por supuesto. Y así votaremos. Como siempre.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo