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ANÁLISIS DE ESPAÑA

Los políticos no vienen de Marte

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura3 min
España03-11-2014

Octubre empezó con el escándalo de las tarjetas black y ha terminado con la Operación Púnica. 31 días, decenas de imputados. Alcaldes, presidentes de Diputación, ex que parecía que se iban a comer el mundo, otro hijo de Pujol... PP, PSOE, IU, independientes, sindicalistas... Y no sólo políticos, también empresarios, funcionarios municipales, banqueros... Hay quien dice que ha sido un mes negro, pero más bien ha sido al contrario. Negro sería que siguiesen en sus actividades delictivas. Que las fuerzas de seguridad les descubran y les pongan a disposición de la Justicia no puede ser otra cosa que buena noticia. Al menos algo, la Policía y la Guardia Civil, siguen funcionando. La corrupción afecta a todos. Y durante demasiado tiempo en España ha sido algo natural. Se convivía con ella y hasta se elogiaba. El que usaba una argucia fiscal y le defraudaba unos cientos de euros a Hacienda era el más listo del grupo y el que no, era un pardillo. Como si ese dinero se lo estuviesen quitando a Rajoy y no al hospital público. No ha sido hasta que el país se fue al garete cuando la gente se echó las manos a cabeza y buscó culpables. Y culpó a los políticos, como si los políticos llegasen en naves desde Marte y no les hubiesen puesto ahí los votos. Los políticos son personas normales con los mismos vicios, ambiciones terrenales y tentaciones que el resto de los mortales. La diferencia era que al tener acceso a la caja defraudaban mucho más que unos cientos de euros. Mientras la mayoría nos teníamos que seguir conformando con robarle el wifi al vecino. Prueba de que la corrupción ha sido un mal endémico durante demasiado tiempo es que en el sentir general aún persisten algunos dejes esclarecedores. Resulta que a cualquiera que le preguntas te dice que El pequeño Nicolás es un crack. ¿Pero quién se creen que iba a ser este chico dentro de 20 años? Dicho de otro modo, ¿quiénes se creen que eran muchos de los presuntos de hoy hace 20 años? Pésimos estudiantes que nunca dieron un palo al agua. Amamantados por las juventudes de los partidos. Que nunca produjeron nada. Que nunca arriesgaron su dinero para crear una empresa y puestos de trabajo. Enganchados al coche oficial antes de que les saliese la barba. Pero resulta que El Pequeño Nicolás es un crack y los políticos unos ladrones. Pues vale. En esto aparece el CIS y le otorga a Podemos un ascenso espectacular. No es una reacción ideológica sino de revancha. De saldar cuentas con el bipartidismo, que combate su descrédito buscando pactos y fotos de cara a la galería. Como usar un paraguas para protegerse de un tsunami. La solución no es cargarse la presunción de inocencia que antes se alegaba para ganar tiempo. De nada vale ponerse chulo con un alcalde de un municipio si luego no te atreves con Acebes o Griñán. Nada sirve si le das el tercer grado a Matas a los tres meses de entrar en prisión cuando tiene un abanico de causas pendientes. Y es que el problema real es la credibilidad. La solución no está en pactos, sino en medidas concretas: más plazas de inspectores de Hacienda, reformas para que la ley no sólo sirva para condenar robagallinas, penas más duras por corrupción (aún sale rentable robar), bajar el límite para el delito fiscal.... Ojalá haya muchos meses como este octubre que acaben con decenas de presuntos ante el juez. ¿Cuántas Púnicas habrá repartidas por España? Pero de poco servirá si esto no va acompañado de una autocrítica sincera por parte de todos. No sólo los políticos.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio