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IMPRESIONES

Tres minutos y una Décima

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura3 min
Opinión28-05-2014

Siempre enseña mi maestro Alfonso López Quintás que una inteligencia madura se caracteriza por su profundidad (frente a lo superficial), su amplitud (frente a la estrechez de miras) y su largo alcance (frente al cortoplacismo). Hasta ahí, todo bien. Lo difícil es vivirlo. Yo mismo, ahora que estoy frente al teclado, escribiendo esto que en otro ahora distinto estás leyendo, no estoy seguro de qué impresiones quiero compartir contigo esta semana. Me debato entre la final de Champions League, los resultados de las elecciones europeas y el viaje del Papa Francisco a Oriente Medio.  Los tres temas son importantes por diversas razones. “Vamos a ser objetivos”, me dirá uno, pero eso no deja de ser una petición de principio irrealizable. Si hablamos de comparar esos tres acontecimientos debemos optar por un criterio y la elección de ese criterio no puede ser objetiva, sino que ha de ser, necesariamente, personal: ¿Qué me importa más a mí? ¿A cuántas personas importa cada uno de esos acontecimientos? ¿Cuál tendrá más repercusiones en nuestras vidas? ¿Cuál de los tres temas te importa más a ti? Y, la peor limitación de todas: ¿Puedo decir algo medianamente sensato de alguno de ellos? Al final, cada medio de comunicación configura una visión del mundo a partir de su respuesta a éstas y otras preguntas. El mundo que nos presenta un medio no es el mundo -cosa de la que se ocupa la ciencia- sino un mundo que trata de conformarse como nuestro mundo, en la medida en que aceptemos, en mayor o menor grado, su visión de las cosas. Esta es una de las razones por las que la sana pluralidad de medios de comunicación es tan importante: necesitamos muchas voces, que nos hablen desde ángulos y perspectivas distintas, para discutir, comparar y contrastar cómo es el mundo en el que queremos vivir. Esto es lo crucial. No basta atender a lo que ha pasado. Eso es necesario, claro está. Pero lo decisivo es lo que decidimos a partir de lo que ha pasado. Por eso decidí escribir sobre los tres minutos que hicieron posible la Décima copa de Europa del Real Madrid. La lectura que el Cholo Simeone hizo en aquel preciso momento fue una y se la escupió al árbitro de inmediato: el partido se había prolongado más de lo debido, y eso provocó el empate. Pero el entrenador del Atlético, al final de la final, en la rueda de prensa, ya había revisado su interpretación y su discurso. Aquellos tres minutos ya no le importaban; y tampoco tenía ya sentido presionar a nadie para convencerle de que había inclinado la balanza a favor de otro.  El entrenador del Atlético ha sabido este año competir, ganar y perder porque ha sabido interpretar cada escenario del mejor modo posible y ha sabido transmitirles esa visión del mundo a sus jugadores. Sí, ya sabemos que la Champions no es lo más importante del mundo. También sabemos que ganar no lo es todo. Sabemos que las cosas no terminan hasta que terminan. Pero muchas veces conviene recordar todas esas cosas.

Fotografía de Álvaro Abellán

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Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach