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ORIENTE PRÓXIMO

Israel acoge con agrado la propuesta de Bush

Por David HurtadoTiempo de lectura2 min
Internacional27-06-2002

El discurso que pronunció George W. Bush el lunes de la pasada semana ha tenido como principal efecto el tener puntos de acuerdo para ambas partes, aunque más por la israelí. De "discurso histórico" se ha calificado desde este bando, mientras que en el palestino ha calado la determinación de Bush de crear un Estado para la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Sin duda, el más satisfecho con la toma de posición del Gobierno estadounidense fue el primer ministro israelí, Ariel Sharon. Su ministro de Defensa, Benjamín ben Eliezer, se convirtió en la voz de la Administración israelí y manifestó que el discurso de Bush supone "un paso histórico que ofrece un panorama desde el punto de vista político, económico y de seguridad capaz de poner fin al conflicto". Sharon apostó desde un principio por la retirada de Arafat como interlocutor palestino y el plan explicado por Bush parece estar hecho a medida del líder israelí. Se dice que la alegría va por barrios y en el palestino no era tanta. Se valoraron por parte de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) "los importantes esfuerzos de Bush en favor de la paz", además de su continua determinación en la preparación de un Estado palestino. Sin embargo, la imposición de elegir una nueva administración para la ANP no fue bien recibida. El principal afectado, Yasir Arafat, aseguró que el líder de los palestinos debe ser "decidido por el pueblo y por ninguna persona más" y que en las próximas elecciones palestinas, previstas para el mes de enero, el Estado “será democrático". A finales de semana pasada, la ANP volvió a manifestar que su actual dirección está "contra el terrorismo, que afecta a la vez a los ciudadanos israelíes y palestinos". La Unión Europea, por su parte, acogió también con agrado la posición de Bush aunque hizo hincapié en que Arafat "es hoy por hoy el líder palestino". Europa alabó el impulso dado a las próximas elecciones en los territorios palestinos y llamó a que se desarrollaran por cauces libres y democráticos, no pudiendo, por tanto, descartar a Arafat como posible interlocutor de futuro. Desde Rusia, su presidente, Vladímir Putin, mostró su apoyo con el actual rais palestino y aseguró que sería "peligroso y erróneo apartarlo de la escena política". A juicio de Putin, la salida de Arafat conllevaría "una radicalización del movimiento palestino".

Fotografía de David Hurtado