ANÁLISIS DE LA SEMANA
Malos tiempos
Por Isaac Á. Calvo
2 min
Internacional09-06-2002
Son malos tiempos para la inmigración. O eso, al menos, parece si se observan algunos aspectos de la actualidad internacional. Los Estados o grupos de Estados están empezando a poner trabas a la inmigración y tratan de hacer todo lo posible para evitar a los ilegales. Otro problema es el rechazo que comienza a haber en ciertos sectores de la población de los países de destino. La gente empieza a generalizar y relaciona el aumento de la violencia y delincuencia con los inmigrantes. Pero esto, evidentemente, no es así. No se puede decir que todos los palestinos son terroristas porque algunos de ellos cometan sangrientos atentados contra Israel y se desencadenen las represalias israelíes sobre los territorios ocupados. Éstas están apoyadas implícitamente por Estados Unidos, que advierte de que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, no es el único interlocutor válido en las futuras conversaciones de paz. Tampoco se puede hacer la extensión de que todos los musulmanes son terroristas. Afortunadamente, en Estados Unidos ya no existe ese rechazo a todo lo que parezca islámico pero todavía existe cierto temor, que se ve aumentado por los avisos gubernamentales de que pueden producirse atentados como los del 11 de septiembre. Para evitarlos, el presidente estadounidense, George W. Bush, ha anunciado la creación de un Ministerio de Seguridad Interna. Hay sectores de India que también se apuntan a la relación “islámico = terrorismo” y acusan al Gobierno de Pakistán de connivencia ante los ataques terroristas de grupos paquistaníes en Cachemira. La situación en la región no es buena a pesar de los esfuerzos mediadores del presidente de Rusia, Vladímir Putin. Donde los inmigrantes lo van a tener difícil como sigan así las cosas va a ser en la Unión Europea. Italia, Austria y Dinamarca han endurecido sus leyes de extranjería y España se lo está planteando. Los Quince no quieren que se fomente el número de ilegales. Lo que sí se ha fomentado entre los argentinos es la indignación ante los insultos del presidente de Uruguay, Jorge Batlle. El máximo mandatario uruguayo acusó al Gobierno de Argentina de no saber manejar el país y afirmó que los argentinos eran unos ladrones. No es de extrañar que Batlle tuviera que viajar hasta Buenos Aires para pedir disculpas públicamente. Qué diplomático.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD