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ACHIQUE DE ESPACIOS

La primera en la frente

Fotografía

Por Nacho García BarcoTiempo de lectura2 min
Deportes02-06-2002

No habían pasado ni diez minutos del partido inaugural y Diouf, delantero de Senegal y Balón de Oro africano, ya comenzaba a manipular las alarmas del vigente campeón. Espigado, fibroso y trabajador incansable, Diouf volvió a aparecer a la media hora para dar el gran golpe. Se descolgó por la izquierda, recibió, dejó sentado a Leboeuf y fabricó el gol de Bouba Diop que desplumaba al gallo francés. Treinta minutos de Mundial bastaron para convencerme de que éste será diferente. Seguro. Para empezar, porque desde el primer día ya quedó confirmado que las distancias entre África y Europa son cada vez menores, al menos futbolísticamente hablando. Senegal, Nigeria y Suráfrica darán mucho que hablar. El músculo iguala muchos factores: la humildad de los pobres equilibra la balanza de los grandes -pero soberbios y prepotentes- jugadores del Viejo Continente. Con trabajo y lucha, Senegal dio el aviso ante una Francia que sufrirá, porque Zidane sólo hay uno. Luego está España. Me considero dentro de ese grupo minoritario que cree que España llegará lejos. Y lo digo con tiempo: mínimo hasta semifinales podremos disfrutar de la selección de Camacho. Porque ya toca, porque eso mismo piensan los jugadores, porque tanto talento unido no puede fallar una vez más -Valerón-Raúl-Tristán-, y porque así lo han demostrado contra Eslovenia. Después de 52 años, la selección española no se ha quedado en los tacos de salida en el cañonazo inicial. Ha arrancado con la fuerza que le imprime Puyol, con el talento y el hambre de Valerón y Raúl y con la sorpresa de De Pedro, partidazo el suyo. Todo junto deja el 3-1 a Eslovenia que borra los inicios tortuosos de España. La victoria sirve para sacudir a los jugadores esa presión inicial, esa sensación de fracaso perpetuo presente en el combinado de Camacho. España debería pasar a la segunda fase con el casillero de victorias lleno. Luego, a partir de ahí, el fútbol queda a expensas de los buenos, aquellos que hacen ruido en los momentos importantes. Y, para bien de Camacho, España tiene en Corea muchos futbolistas de calidad, dispuesto a morir haciendo ruido. Mucho ruido.

Fotografía de Nacho García Barco