ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
El beppito Grillo de la política italiana
Por Isaac Á. Calvo
3 min
Internacional04-03-2013
Pocas veces un nombre se aproxima tanto a la realidad. Las recientes elecciones italianas han estado marcadas por dos candidatos que han convulsionado el panorama político del país. El primero fue Silvio Berlusconi al decir que quería volver a ser primer ministro y que, por tanto, era candidato. La noticia supuso todo un jarro de agua fría para la Unión Europea y para los cimientos económicos desarrollados por Mario Monti (y supervisados por Bruselas) durante los últimos meses. El segundo fue Beppe Grillo, actor y cómico muy conocido, y especialmente crítico con la corrupción y con las fuerzas políticas habituales. Su decisión de presentarse a las elecciones generales con el Movimiento 5 Estrellas fue muy comentada debido al carácter populista de su programa y de sus discursos, y, también, por su rechazo del sistema italiano (muchos, de hecho, lo han llegado a definir como antisistema). La presencia del partido de Grillo en los comicios supone todo un ensayo para comprobar hasta qué punto la población está harta de la clase (o casta, según se mire) política. Y los resultados no dejan lugar a dudas: el Movimiento 5 Estrellas ha conseguido unas cifras espectaculares y se ha codeado con el candidato de centroizquierda y ganador de la cita con las urnas, Pier Luigi Bersani, y con el propio Berlusconi, quien, pese a todo, mantiene gran parte de sus seguidores. El éxito de Grillo demuestra que, en época de crisis, los ciudadanos son mucho más sensibles a los excesos de los representantes públicos. Cada vez hay más personas que están cansadas de apretarse el cinturón, de sufrir recortes y de comprobar que los políticos, la mayoría de las veces, siguen conservando sus privilegios y que sus tan cacareados esfuerzos personales son solo de cara a la galería. Posiblemente, muchos de los que han votado al Movimiento 5 Estrellas no compartan todo (o nada) de su programa, pero han considerado que era hora de dar un castigo, porque abstenerse o votar en blanco ya no es suficiente. Lo ajustado de los resultados de las urnas hace necesario un gran pacto para poder formar un gobierno lo más sólido posible, aunque el país es experto en tener gabinetes inestables. Dadas las diferencias existentes entre los candidatos parece muy difícil lograr un acuerdo. Grillo, si es fiel a su palabra, lo ha descartado desde el principio, y Berlusconi genera desconfianza. Si no hay acuerdo, Bersani podría formar un Ejecutivo en minoría e intentar aplicar sus promesas electorales, pero si no lo consigue e Italia se vuelve ingobernable habría que convocar otras elecciones. Es posible que lo ocurrido en la política italiana se extienda a otros países. El hartazgo de la población con sus dirigentes es cada vez mayor y buscan soluciones distintas porque ven que las respuestas de siempre ya no valen. Beppe Grillo ha sabido canalizar el descontento popular en una formación alternativa y ha tenido éxito, al menos como un enorme aviso o toque de atención. En otros lugares ya está listo el caldo de cultivo y solo falta que alguien encuentre ese elemento canalizador, que puede ser similar al Movimiento 5 Estrellas o incluso pueden ser grupos de ultraizquierda, de ultraderecha o anarquistas.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD