ANÁLISIS DE LA SEMANA
Preludio de tiempos de cólera
Por Amalia Casado
3 min
España01-04-2004
Sigue en las calles. La presencia de la violencia persite y no desaparece. Pero un dato curioso ha sido revelado esta semana por el barómetro del CIS del mes de febrero: los ciudadanos españoles perciben el terrorismo hoy como uno de los principales problemas del país, pero el porcentage de quienes así lo consideran ha disminuído en unos tres puntos porcentuales con respecto al mes de enero. No es responsable darle a este dato más importancia de la que tiene, pero tampoco sería serio no hacerlo notar. Se ha escandalizado de este último barómetro la introducción de una pregunta sobre qué piensan los ciudadanos acerca de la trascendencia para el PSOE de la dimisión del ex secretario general socialista Nicolás Redondo, el pasado mes de diciembre, y se ha hecho notar, en segundo plano, que han aumentado los españoles que perciben la inseguridad ciudadana y la inmigración como problemas acuciantes en España. Pero no se ha interpretado ese descenso en la preocupación de los españoles por el terrorismo. Hay que insistir, antes que nada, en que más de un 60 por ciento de los ciudadanos españoles eligen el terrorismo como uno de los tres problemas principales, y eso indica suficientemente que el problema es serio. Pero durante este año, la acción policial y la actividad judicial han echado sus redes y han aplicado las leyes en una lucha contra el terrorismo que cada semana proporciona nuevos frutos. Garzón insistía en que Batasuna y ETA eran tanto monto y monta tanto y el tiempo, poco a poco, viene a darle la razón. La detención del tesorero de Batasuna en Francia aporta nuevos datos reveladores de esta relación mortífera y subterránea, siempre escurridiza a la acción de la justicia. Se incrementa la intensidad de debates relacionados, como la discusión sobre si Batasuna debe ser ilegalizado. Y se complica la solución desde la mayoría democrática a estas disputas desde el momento en que el Partido Socialista de Euskadi, con nuevo secretario general, parece estar envuelto de la anodina indefinición de su líder nacional, José Luis Rodríguez Zapatero. Nadie discutirá su amable talante conciliador, al menos aparente, pero pocos discuten también que algo le falta: saber lo que quiere, la España que quiere y los medios que pondrá al servicio de un proyecto de España que aún no ha definido. La elección de Patxi López como secretario general del PSE ha prologado la ruptura del acuerdo de Gobierno en la alcaldía de San Sebastián que mantenían desde 1999 el PSE y el PP. La excusa ha sido un proyecto urbanístico, y difícil es creer que con los conflictos y problemas que un ayuntamiento como el de San Sebastián habrá tenido que lidiar desde 1999, un plan urbanístico pueda poner punto y final al acuerdo de Gobierno entre ambos partidos. Quizás se anuncien tiempos en que, como antaño y sin frutos prácticos en el número de víctimas de ETA, los socialistas vascos quieran buscar terceras vías de la mano de peneuvistas. ¿Se preludian tiempos de cólera.... quizás?
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Amalia Casado
Licenciada en CC. Políticas y Periodismo
Máster en Filosofía y Humanidades
Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo