ANÁLISIS DE LA SEMANA
Próximo destino: el caos
Por Isaac Á. Calvo
2 min
Internacional31-03-2002
La situación que se vive en Oriente Próximo es insostenible. Ha degenerado tanto que ya no interesa la paz y se busca acabar con el contrario. De poco sirve que los países que conforman la Liga Árabe se hayan reunido en Beirut para buscar soluciones si entre ellos mismos no hay sentimiento de unidad y no emiten una videoconferencia del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat. De poco sirve que el príncipe de Arabia Saudí piense un plan de paz para la región si nadie tiene intención de aplicarlo. De poco sirve que la Unión Europea (UE) y Estados Unidos manden continuamente a mediadores si lo que se acuerda queda en papel mojado. Y todo ello porque la violencia vuelve a ganar la partida a la política. Los atentados palestinos no cesaron a lo largo de la semana pasada. Cuatro ataques suicidas -uno de ellos horas antes de que comenzara la Cumbre Árabe- han provocado al menos 30 muertos y decenas de heridos. El incremento de las hostilidades palestinas ha llevado al Gobierno de Israel, encabezado por Ariel Sharon, a intentar garantizar la seguridad de su Estado mediante las represalias militares a gran escala. Tropas israelíes han invadido las principales ciudades de la ANP y mantienen cercado a Yasir Arafat, quien ha manifestado que teme por su vida. Son muchas las voces, entre ellas la de EE.UU., que justifican las acciones de Sharon y que acusan a Arafat de no hacer lo suficiente para acabar con los atentados. O mucho cambia el panorama en la región o la situación empeorará y tendrá consecuencias imprevisibles. Los acontecimientos en Oriente Próximo han hecho que otros asuntos de la actualidad internacional hayan quedado en segundo plano. Estados Unidos ha anunciado que va a pedir la pena de muerte para uno de los acusados por los atentados del pasado 11 de septiembre en Nueva York y en Washington. En Francia, los candidatos a la Presidencia de la República tratan de ganarse la confianza de los votantes. Aunque, según los sondeos, la población francesa no está muy interesada por la campaña electoral y no tiene decidido en qué político confiar. En Portugal ya hay acuerdo entre el Partido Socialdemócrata (PSD) -ganador de las últimas elecciones legislativas- y el Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP). Ambas formaciones han alcanzado un acuerdo para componer un Gobierno de coalición que garantice la estabilidad y prosperidad portuguesa.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD