SIN CONCESIONES
Detenido un cura pederasta
Por Pablo A. Iglesias
3 min
Opinión07-06-2010
Si has comenzado a leer este artículo por el titular, Juan Manuel Cotelo tiene razón. ¿Quién? Juan Manuel Cotelo, un actor al que hemos podido ver en grandes series españolas como Siete Vidas, Policías, Compañeros, Periodistas, Hospital Central, El Comisario, Aída, El Internado y Los Serrano. ¿Menudo tipo, no? Ahora se ha metido a director y acaba de estrenar su segundo largometraje: La última cima. Si todavía no has oído hablar de ella es porque Cotelo vuelve a tener razón. ¿Y por qué acierta tanto? Su tesis sustenta que está de moda hablar mal de los curas. Asegura que en los medios de comunicación se habla más de un cura pederasta que de las millones de obras buenas que la Iglesia realiza cada día en todo el mundo. Así que, si este artículo se lee, es porque el título habla de un cura pederasta, aunque me lo haya inventado. La otra tesis de Juan Manuel Cotelo sostiene que hablar bien de los curas está mal visto. De ahí la razón que pocos promocionen su nueva película. Motivo: el protagonista es un sacerdote... muerto. Yo la he visto y me parece sublime. No se puede hacer más con tan poco presupuesto, no se puede contar más en 82 minutos, no se puede llegar mejor al corazón de las personas con la historia real de otro... no se puede ¿o sí? Cotelo ha dado sentido humano en La última cima a la muerte de dos personas. ¿Cómo? ¿La muerte tiene sentido? Morir tiene todo el sentido espiritual y por eso, porque somos mortales humanos, nos cuesta comprenderlo. Que dos amigos tuyos como Pablo Domínguez y Sara de Jesús mueran en la montaña es un trauma difícil de superar para mucha gente, pero el mensaje de esta película permite entender que su muerte sirve para mucho. ¿Para qué? El largometraje habla precisamente de su muerte y es ese testimonio el que puede abrir muchas mentes, tirar abajo muchos tabues, desmentir falsos prejuicios y llevar la esperanza a nuestros prójimos. ¿Aún no tienes ganas de ver la película? Hay que dar las gracias a cines como el Palafox (Madrid) por llevar a sus salas esta historia de amor y de entrega divina. Juan Manuel Cotelo se lanzó a ella cuando descubrió a Pablo Domínguez. Yo no le conocí en vida, aunque a Sara sí. Escuché hablar de él tras su muerte y una de mis mentoras me regaló su libro póstumo. Esas páginas son un testamento espiritual. La película se queda más cerca de nosotros a modo de epitafio para enseñarnos la grandeza humana de aquel cura. Sin embargo, el verdadero mensaje es mucho más profundo. Nos muestra el camino para ser como Pablo y como Sara, nos coloca ante la puerta que algún día tendremos que cruzar. Nos sitúa en el camino y nos reta a que demos el primer paso. Al final del mismo está la Cima con mayúsculas que tanto buscaban sus protagonistas y que encontraron un domingo en la montaña del Moncayo. Ahora tienes dos opciones: seguir hablando mal de los curas o ver la película. ¿Cuál eliges?
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Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito