¿TÚ TAMBIÉN?
Periodismo anónimo
Por Álvaro Abellán
2 min
Opinión07-06-2010
Un buen amigo me decía que el periodismo ya no es lo que era, que su credibilidad está por los suelos y que la profesión estaba en el peor momento de su historia. Lejos de ser una opinión aislada, los estudios revelan que, efectivamente, la profesión está muy devaluada y que su credibilidad, en España, está en sus fases más bajas. No ayuda el hecho de que las nuevas tecnologías permitan repicar y copiar contenidos y que, muchas veces, las informaciones no estén firmadas. En su momento, el no firmar una información tenía hasta cierto sentido “científico”. El anonimato garantizaba que la información no era la “visión personal” de alguien, sino que el contenido era “neutral”. Pero la ciencia misma ha caída en la cuenta de la falacia de la “neutralidad”. Ninguna actividad humana es neutral y esa supuesta neutralidad es, en el fondo, falta de compromiso. Uno siempre responde por quién es, por su nombre. El anonimato ampara nuestras acciones más irresponsables… porque nadie nos puede pedir cuentas de ello. La misma “ciencia por la ciencia”, como si el hombre no tuviera nada que ver con ella, nos ha dejado los descubrimientos científicos más inhumanos de la historia. Alfred Nobel, que no borró su nombre de la dinamita, quiso responder, también con su nombre, a las consecuencias de su invento, y a su ejercicio de responsabilidad debemos (aunque hoy estén también devaluados) los famosos premios Nobel. La fábrica de Ferrari, por el contrario, se asegura de que cada persona que trabaja en el taller y da la forma final a cada pieza importante firme su trabajo. Si alguna pieza va mal en un vehículo concreto de la firma italiana, sabemos quién es el responsable. Es una forma de que cada persona del taller se sienta importante, artista, responsable de lo que hace. No deja de llamar la atención que un hombre pueda responder de cada una de las piezas que conforman un coche y que, sin embargo, no pase lo mismo con la confección de un periódico. ¿Son más humanas las tuercas del Ferrari que algunas noticias de determinados medios de comunicación? Da la impresión de que así es. Es una de las paradojas de la postmodernidad, época en que una tuerca es más valorada que un escrito. Sean tuercas, escritos o cualquier otro fruto de una acción humana, sólo allí donde cada hombre está dispuesto a hacerse responsable de sus acciones podremos edificar, juntos, ese lugar donde la vida se ensancha.