ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
La alergia de Israel
Por Isaac Á. Calvo
2 min
Internacional06-06-2010
En la primavera siempre surgen las alergias, esa incomodidad que sufren muchos como consecuencia de la polinización de las plantas. Algo tan natural y beneficioso para el medio ambiente y, por extensión, para el ser humano se convierte en un calvario para miles de personas. La razón, básicamente, es que el sistema inmunológico de los afectados reacciona de forma desproporcionada ante el polen porque lo considera como una amenaza, aunque ésta realmente es mínima y cuyos daños al cuerpo son inapreciables. Salvando las distancias, algo parecido le pasa a Israel. La intervención militar contra la llamada “flotilla de la libertad” ha sido desproporcionada y el trágico balance (con nueve muertos y decenas de heridos) lo pone en evidencia. Un ejército tan poderoso y bien preparado como el israelí debe tener más mano izquierda en asuntos como éste ya que, de lo contrario, parece tirarse piedras contra su tejado. Es cierto que, a simple vista, la flotilla tenía intenciones humanitarias pero, lamentablemente, en este tipo de acciones se introducen personas o entidades que esconden intereses ocultos y espurios (incluso, sin que los organizadores lo sepan, por lo que son los primeros sorprendidos). La decisión de la flotilla de llegar a Gaza era inviable desde el principio y se sabía. La ayuda internacional ha de pasar controles previos de seguridad para evitar que entre los víveres y suministros se introduzcan armas y explosivos. Quererlo hacer de otra manera es desafiar e intentar torear a Israel. El asalto a los barcos estaba cantado, lo que no se esperaba es que acabara con esa cifra de muertos. Las tropas de elite israelíes están acostumbradas a trabajar con gran presión y contra grandes enemigos y no parece que los integrantes de la flotilla, por muy hostiles que se mostraran, supusieran un riesgo tan alto que conllevara usar tanta fuerza. Es posible que la situación se hubiera podido resolver de una manera menos cruenta. Son muchas las voces que critican a Israel y su forma de hacer las cosas, pero desde que fundó su Estado, en 1948, ya ha sufrido varias guerras (de las que ha salido victorioso) y, prácticamente, está rodeado de países enemigos, algunos de los cuales quieren “borrarlo del mapa”. En cualquier caso, la actitud israelí contra la flotilla supone aumentar la tensión en la región y enturbiar las relaciones con Turquía (país de donde procedía la mayoría de los pasajeros de los barcos). A lo largo de su corta historia, Israel ha conseguido sus principales logros con esfuerzo, sufrimiento, trabajo y firmeza. De momento, no le ha ido mal, pero quizá le iría mucho mejor si adecuara sus respuestas militares a las características de cada enemigo.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD